Que sea un continente de comprensión, no una isla de terror.
Ángel Mario Ksherato/ discurso 070308
Con una larga historia de represión, Chiapas puede considerarse hoy uno de los pocos santuarios de la libertad de prensa en México. Su gobernador, Juan Sabines Guerrero, no se apropia esto . “Nadie tiene más el mérito que el periodista de Chiapas”, dijo ayer viernes al recibibir, como reconocimiento de los comunicadores, el micrófono de oro.
Ante las cifras del crimen contra los periodistas mexicanos, revelado en el mismo acto por el vicepresidente de la Federación Latinoamericana de Periodistas (Felap), Teodoro Rentería Arroyave –45 periodistas asesinados y 10 desaparecidos a finales del gobierno de Vicente Fox y principios del actual mandato– acciones dentro del marco jurídico en Chiapas colocan a esta entidad del sureste mexicano como uno de los estados donde los colegas tienen ahora respeto y seguridad en el ejercicio de esta actividad.
La misma asistencia de representantes de doce de las trece asociaciones de periodistas convocadas al II Congreso Estatal de Periodistas de Chiapas prueba el clima de confianza que, hoy por hoy, es la regla en la tierra de quien por la verdad fue asesinado cobardemente y se le amputó la lengua, Belisario Domínguez.
Y de esto es testigo este columnista, integrante de la delegación fraterna tabasqueña al evento gremial, junto con el ex presidente de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos (Fapermex), José Antonio Calcáneo y el presidente de la Asociación Tabasqueña de Periodistas (ATP), Enrique Lodoza.
Dos periodistas chiapanecos imitan la humildad del mandatario Sabines, al no presumirse como dos de los colegas que, con otros perseguidos políticos del sexenio pasado, han sido los generadores de este cambio que comparte un gobernador responsable con su pueblo y con la historia.
Ellos son Miguel González Alonso y Ángel Mario Ksheratto Flores, presidentes saliente y entrante del Frente de Periodistas de Chiapas (Frepech), que sufrieron en carne propia durante el gobierno de Pablo Salazar Mendiguchía la persecución de quien el propio Rentería calificó como “dictadorzuelo de quinta categoría”.
El ex presidente de la Fapermex tiene la calidad moral para el juicio severo pues con mi paisano Calcáneo fueron, desde la dirigencia de Fapermex, un fuerte apoyo para la lucha que los periodistas de Chiapas mantuvieron contra quien ha sido uno de los más nefastos gobernantes en su relación con la prensa.
En el primer congreso, en San Cristóbal, Rentería Arroyave, considerado un patriarca dentro de la unidad nacional del periodismo, reclamó en esta entidad lo que ya era reforma en otros estados del país, la desaparición de los delitos de difamación y calumnia como armas contra los comunicadores.
El poder estatal de entonces, hace un año, “lejos de encolerizarse y con tolerancia e inteligencia se comprometió a revisar el tema y hoy, gracias a ese Primer Congreso de Periodistas y a la voluntad política del gobernador Sabines Guerrero, así como al compromiso del Congreso de Chiapas, fueron desterrados del Código Penal los llamados delitos de prensa, pero se puso a salvo el honor de las personas en un apartado civil; la vida privada de las personas como lo establece en su artículo0 séptimo la Constitución General de la República.
Pero las buenas relaciones entre la prensa y Sabines –que se demuestran con hechos no en discursos o promesas– han hecho que sea esta entidad la primera en el país que cuenta con una fiscalía especial para conocer de los delitos cometidos en contra de los periodistas así como ha elevado a rango constitucional el secreto profesional, y castiga penalmente a cualquier autoridad que obligue a los comunicadores a revelar su fuente.
La secrecía profesional a salvo en bien de la prensa y de quienes por medio de ella actúen a favor de la libertad y el derecho a la información.
En el Congreso que inició el jueves 6 y termina el domingo 9, fue el actual dirigente nacional de la Fapermex, Roberto Piñón, el que tomó la protesta al nuevo líder del periodismo chiapaneco, Angel Mario Ksheratto, momentos antes de la llegada del gobernador Sabines.
Piñón Alvarado reveló que la federación que preside ha demandado al presidente Calderón que se eleve a rango constitucional el secreto profesional de los periodistas así como que se decrete una ley de seguridad social que proteja a los miles de colegas y sus familiares, desamparados por el incumplimiento de las leyes laborales vigentes.
El micrófono de oro le fue entregado al gobernador Sabines, a nombre de los periodistas, por la presidenta de la Asociación Nacional de Locutores de México, Rosalía Buaún Sánchez.
El II Congreso reúne, además de periodistas de Chiapas, a tundemáquinas de otras entidades federativas como Oaxaca, Guanajuato y hasta un periodista guatemalteco, Enrique de León. Entre los asistentes fraternales destaca la presencia del periodista Raúl Durán Cárdenas, otro de los pilares del periodismo nacional.
Ángel Mario Ksherato/ discurso 070308
Con una larga historia de represión, Chiapas puede considerarse hoy uno de los pocos santuarios de la libertad de prensa en México. Su gobernador, Juan Sabines Guerrero, no se apropia esto . “Nadie tiene más el mérito que el periodista de Chiapas”, dijo ayer viernes al recibibir, como reconocimiento de los comunicadores, el micrófono de oro.
Ante las cifras del crimen contra los periodistas mexicanos, revelado en el mismo acto por el vicepresidente de la Federación Latinoamericana de Periodistas (Felap), Teodoro Rentería Arroyave –45 periodistas asesinados y 10 desaparecidos a finales del gobierno de Vicente Fox y principios del actual mandato– acciones dentro del marco jurídico en Chiapas colocan a esta entidad del sureste mexicano como uno de los estados donde los colegas tienen ahora respeto y seguridad en el ejercicio de esta actividad.
La misma asistencia de representantes de doce de las trece asociaciones de periodistas convocadas al II Congreso Estatal de Periodistas de Chiapas prueba el clima de confianza que, hoy por hoy, es la regla en la tierra de quien por la verdad fue asesinado cobardemente y se le amputó la lengua, Belisario Domínguez.
Y de esto es testigo este columnista, integrante de la delegación fraterna tabasqueña al evento gremial, junto con el ex presidente de la Federación de Asociaciones de Periodistas Mexicanos (Fapermex), José Antonio Calcáneo y el presidente de la Asociación Tabasqueña de Periodistas (ATP), Enrique Lodoza.
Dos periodistas chiapanecos imitan la humildad del mandatario Sabines, al no presumirse como dos de los colegas que, con otros perseguidos políticos del sexenio pasado, han sido los generadores de este cambio que comparte un gobernador responsable con su pueblo y con la historia.
Ellos son Miguel González Alonso y Ángel Mario Ksheratto Flores, presidentes saliente y entrante del Frente de Periodistas de Chiapas (Frepech), que sufrieron en carne propia durante el gobierno de Pablo Salazar Mendiguchía la persecución de quien el propio Rentería calificó como “dictadorzuelo de quinta categoría”.
El ex presidente de la Fapermex tiene la calidad moral para el juicio severo pues con mi paisano Calcáneo fueron, desde la dirigencia de Fapermex, un fuerte apoyo para la lucha que los periodistas de Chiapas mantuvieron contra quien ha sido uno de los más nefastos gobernantes en su relación con la prensa.
En el primer congreso, en San Cristóbal, Rentería Arroyave, considerado un patriarca dentro de la unidad nacional del periodismo, reclamó en esta entidad lo que ya era reforma en otros estados del país, la desaparición de los delitos de difamación y calumnia como armas contra los comunicadores.
El poder estatal de entonces, hace un año, “lejos de encolerizarse y con tolerancia e inteligencia se comprometió a revisar el tema y hoy, gracias a ese Primer Congreso de Periodistas y a la voluntad política del gobernador Sabines Guerrero, así como al compromiso del Congreso de Chiapas, fueron desterrados del Código Penal los llamados delitos de prensa, pero se puso a salvo el honor de las personas en un apartado civil; la vida privada de las personas como lo establece en su artículo0 séptimo la Constitución General de la República.
Pero las buenas relaciones entre la prensa y Sabines –que se demuestran con hechos no en discursos o promesas– han hecho que sea esta entidad la primera en el país que cuenta con una fiscalía especial para conocer de los delitos cometidos en contra de los periodistas así como ha elevado a rango constitucional el secreto profesional, y castiga penalmente a cualquier autoridad que obligue a los comunicadores a revelar su fuente.
La secrecía profesional a salvo en bien de la prensa y de quienes por medio de ella actúen a favor de la libertad y el derecho a la información.
En el Congreso que inició el jueves 6 y termina el domingo 9, fue el actual dirigente nacional de la Fapermex, Roberto Piñón, el que tomó la protesta al nuevo líder del periodismo chiapaneco, Angel Mario Ksheratto, momentos antes de la llegada del gobernador Sabines.
Piñón Alvarado reveló que la federación que preside ha demandado al presidente Calderón que se eleve a rango constitucional el secreto profesional de los periodistas así como que se decrete una ley de seguridad social que proteja a los miles de colegas y sus familiares, desamparados por el incumplimiento de las leyes laborales vigentes.
El micrófono de oro le fue entregado al gobernador Sabines, a nombre de los periodistas, por la presidenta de la Asociación Nacional de Locutores de México, Rosalía Buaún Sánchez.
El II Congreso reúne, además de periodistas de Chiapas, a tundemáquinas de otras entidades federativas como Oaxaca, Guanajuato y hasta un periodista guatemalteco, Enrique de León. Entre los asistentes fraternales destaca la presencia del periodista Raúl Durán Cárdenas, otro de los pilares del periodismo nacional.