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sábado, 26 de abril de 2008

LIBROS ANTIGUOS EN TABASCO

Transparencia210408LIBROS
TRANSPARENCIA
POLÍTICA
Por Erwin Macario erwinmacario@hotmail.com

Días de libros y uno mismo

A diferencias de las puertas, que son únicamente lugares de tránsito, la ventana permite contemplar el exterior (Yang) desde una posición protegida (el interior, Ying). En una ventana es posible detenerse y contemplar, meditar, tomarse un tiempo, analizar, evaluar.
Feng Shui Mundo

La frase de arranque en el audiovisual con el que inauguraron la semana cultural por el Día Mundial del Libro no podía ser mejor: “Los libros son una ventana en el tiempo, un diálogo en silencio con la humanidad”.
No menos precisa fue otra: “Leer es platicar con el mundo, entenderlo, recrearlo”. Y es que los libros son todo eso y más por lo que Porfirio Díaz Pérez, director general de la Red Estatal de Bibliotecas tuvo otro acierto en el texto del audiovisual explicativo del acervo y la función de la Biblioteca José María Pino Suárez, sede del acto inaugural y de los eventos conmemorativos.
Celebrar al libro es celebrar al hombre. Nada hubiese avanzado la humanidad sin el conocimiento que los libros transmiten.
Cada uno tiene una visión, una experiencia del reencuentro con la sabiduría en los libros. Cada quien usa esa ventana en el tiempo y forma que le acomode. Evocarlo conlleva un retorno a los primeros pasos, a las primeras lecturas extra muros escolares.
Si, como se lee en el Feng Shui, las ventanas de una casa son sus ojos, y los ojos son las ventanas del alma, los libros muestran el alma de la humanidad, lo mejor de ella, aunque a veces intuyamos o pensemos encontrar caminos tortuosos, torcidos. Contemplamos sin peligro, protegidos; analizamos, evaluamos. Y muchas veces decidimos.
Ya en la biblioteca pública, ya en el libro de tienda de autoservicio –que en Tabasco es lo que funciona al no haber sino tres librerías– encontramos ese diálogo con la humanidad. Cuando no lo hacemos en las bibliotecas virtuales, que por cierto no tienen ese sabor, ese deleite que da el manejo de las páginas de un libro, ese olor a nuevo que a veces disfrutamos con las obras recientes o ese respetuoso ojear de los libros antiguos que a veces todavía tenemos oportunidad de abrir para asomarnos a un mundo que fue nuestro y, tal vez, sólo pervive en la saudedad de la lectura.
Como esos ejemplares que se exhiben esta semana en la Biblioteca Pino Suárez y entre los que el más antiguos es la edición duodécima de Obras espirituales, escrito por San Juan de la Cruz, editada en 1703 en Sevilla, España, y que forma parte de la Colección Julio Torri, integrada por obras de literatura universal, en bellísimas encuadernaciones, y documentos importantes del grupo de los contemporáneos mexicanos, del que Torri fue parte.
No es el libro más antiguo de la Pino Suárez. La joya escrita de esta institución es “Il Petrarca” un misal romano escrito en latín antiguo y editado en 1528. Otra vez podrá repetirse la historia de su llegada a Tabasco, como otros libros relacionados por el escritor e historiador Jorge Priego Martínez.
Otro libro antiguo, no exhibido públicamente tampoco, es una edición de 1632, en Madrid, de la Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España, de Bernal Díaz del Castillo.
Entre los libros expuestos están: The history of América, de William Robertson, edición segunda, en Londres, en 1778, por la editorial J. Balfour at Edinburght y perteneciente a la colección Edwin M. Shook, uno de los acervos documentales más importantes sobre las culturas que se desarrollaron en Mesoamérica, entre ellos una importante colección de códices y la citada segunda edición, 1632, de la historia que escribió el conquistador Bernal Díaz del Castillo.
Luz de la fe y de la ley, entretenimiento cristiano, de Jaime Barón y Arin, segunda edición, en Madrid, 1777, a costa de la Real Compañía de Impresores, es otra joya literaria expuesta al público También es de la colección Shook.
De 1781, edición segunda, es Las obras de Jenofonte, escrito por Casimiro Florez Canceco, en Madrid, por la editorial Real de la Gaceta. Pertenece a la colección Torri.
De la misma colección Torri se expone Los eruditos, de Joseph Vázquez, en primera edicción, 1781, en Madrid por la editorial Isidoro de Hernández.
La primera edición, 1793, en Londres, de History civil and commercial off the britishcolonies in the West Indies, escrita por Bryan Edwards, editora Luke White y parte de la colección Shook, también se exhibe a los visitantes esta semana.
Una obra también importante, editada en 1828, en París y que forma parte de las llamadas Colecciones Especiales, es Lecciones elementales de ortología y prosodia, escrito porMariano José Sicilia y publicado por la editorial Librería Americana.
Otros libros más son ventanas abiertas al conocimiento en esta exposición y forman parte de las colecciones citadas sí como de otras colecciones que integran el acervo literario de Tabasco: Fondo Tabasco, con libros antiguos y modernos que se refieren a esta entidad; María Carlota de Beauregard, parte de la biblioteca personal del ex rector de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco e investigador universitario, doctor Juan José Beauregard Cruz: Andrés Iduarte, Manuel R. Mora Martínez; Pepe Bulnes, Andrés Melo, Leopoldo Duarte, Jorge Gurría Lacroix, Alfonso Taracena Quevedo y Joaquín Bates Caparroso..
Libros, verdaderas ventanas. Y en la casa pensamos con la nueva corriente orientadora hasta de nuestra habitación: Una ventana que no permita sentarse a su lado y contemplar, no es una verdadera ventana, es sólo una abertura en la pared.
Un libro que no nos haga ser uno con el universo, es sólo una abertura en la literatura, un hoyo negro del espíritu.

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