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lunes, 9 de agosto de 2010

ADIOS, AMIGO CRONISTA


Tp100810PrensaRN
TRANSPARENCIA
POLÍTICA
Por Erwin Macario* erwinmacario@hotmail.com

Fidel Samaniego

Buena noche, leyenda. Observa
al fondo la luna, escucha el oleaje
y admírate con el movimiento de
las palmeras sacudidas por la
fuerza del viento. Descansa, amigo
.
Fernando Rodríguez 030810

Cronista, reportero, leyenda, maestro y amigo.
Fidel Samaniego cumplió su palabra, lo que dijo en su perfil en el blogs.eluniversal.com.mx/confidel: Soy reportero, cronista. Y lo seré hasta el último de mis días. Y si volviera a nacer… pues lo mismo o mejor si se pudiese.
Desde el puerto de Veracruz, la tierra de sus mayores —la que escogió como suya— hacia crónica, en vacaciones, para quienes en ese blog siempre le tuvieron, le tendrán a mano:
Está la imagen que hizo que Neruda respondiera a un reportero que le preguntó cómo veía al mundo ese año que iniciaba: "...veo el mundo enteramente rosa y azul...", pero aclara en sus memorias que en su contestación no había implicación literaria ni política ni subjetiva, sino que desde su ventana le golpeaban la vista "grandes macizos de flores rosadas y más lejos, el mar pacífico y el cielo se confunden en un abrazo azul".
Fidel Samaniego, feliz de vacacionar —su última colaboración fue sobre sus primeras vacaciones— veía la vida azul y blanca. Atendía a su amigo —el cronista del cronista, le llamó a Fernando Rodríguez — y observaba, tal vez, la luna, el oleaje y el movimiento de las palmeras.
En Veracruz, a las 8.37 de la noche del miércoles 4, escribía:
Acá seguimos. Bueno, leeré un rato, veré al otro lado del cristal el mundo que desde aquí se ve azul intenso con aplicaciones blancas, de algunas nubes que viajan hacia su destino, convertirse en lluvia, y de las olas pequeñas, delicadas, que más que reventar, acarician suave, sensualmente a la arena”.
Acababa de leer la autobiografía de Neruda y se conmovía con los últimos días del poeta. Leía una novela sobre Porfirio Díaz.
Y daba clases de periodismo, de ética periodística, de oficio, en sus textos a los blogueros, acerca de entrevistar, como el maestro Julio Scherrer, a un narco:
Ya leí los comentarios. JL, me haces una pregunta directa. La respuesta es sí, lo entrevistaría. Ahora, ¿en qué condiciones? ¿Podría preguntarle realmente lo que yo quisiera? Lo entrevistaría… pues, porque ese es mi trabajo; no lo apuñalaría, no lo detendría; esa, ubicarlo, detenerlo, es la labor y la obligación de las autoridades. Uno de los grandes del periodismo mexicano, el maestro José Pagés entrevistó a Adolfo Hitler. El tema sobre qué informar, cómo, en relación al narco, es amplio. Lo trataremos a fondo cuando regrese de vacaciones”.
Ya no regresó. El viernes, alrededor de las 14.00 horas, se integró al infinito. Mucho quedó pendiente. Y, como dijo en su primer libro: “No era así”.
Cronista, no hay duda: “ya llegamos. Todo bien. Cielo azul, limpio, aire cálido. Dejen. Nos instalamos y leo sus comentarios.
De la comida, sí, todo exquisito. La hueva muy doradita, el caldo, con epazote, en su punto; los ostiones gratinados, deliciosos. Esa nieve de elote nunca la había probado, la presentan en las hojas que son los vestidos de las mazorcas
Antes de viajar al puerto jarocho tal vez leyó lo que este columnista escribió a raíz de uno de sus últimos textos en El Universal. Su ejemplo pervive. Regresó a la tierra donde tuvo sus primeras vacaciones. Y la última. Fidel Samaniego se confirma como leyenda en el periodismo mexicano, al que dio páginas de ética, responsabilidad, honor. Descansa, amigo, cronista, reportero, leyenda.
LADO CLARO
Los cambios en la administración de Aquiles Reyes, en el municipio de Centla, podrían mejorar la imagen que el alcalde estaba proyectando. ¡Qué bueno!

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