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viernes, 29 de marzo de 2013

UN FISCAL PODEROSO

                                                 Tp040313 Rullán RN                                                   
TRANSPARENCIA
POLÍTICA
Por Erwin Macario

Viajero frecuente (1)

Con las herramientas legales
a nuestro alcance, habremos
de dar seguimiento serio y
responsable a quienes deban
rendirle cuentas a Tabasco.
Arturo Núñez 210213

Por instrucciones del gobernador Manuel Andrade Díaz, el 3 de octubre de 2002 el Congreso de Tabasco  creó el Órgano de Fiscalización Superior del Estado de Tabasco (OSFE) “con el objeto de fortalecer la fiscalización de cuentas públicas”, dando nacimiento a lo que puede ser el mejor mecanismo administrativo para garantizar la impunidad en el saqueo de los dineros públicos.
Si bien durante su gobierno, quinquenal, la actuación del OSFE no levantó sospechas y las cuentas tanto de los ayuntamientos así como de los tres Poderes pasaron sin problemas al grado que nadie, con “honrosísimas” excepciones, fue molestado, todo indica que en el mandato sexenal del sucesor, Andrés Granier Melo, fue utilizado como tapadera de la corrupción, o al menos esa es la sospecha pública, que también comparte Arturo Núñez Jiménez, el actual gobernador.
Con la creación del Órgano de Fiscalización Superior, Andrade Díaz y la LVII Legislatura, le arrebató a los diputados la revisión, fiscalización y calificación de las cuentas públicas que los Congresos tenían como tarea fundamental por mandato constitucional, tareas en las que se apoyaban en el órgano técnico denominado Contaduría Mayor de Hacienda, que se encargaba de glosar y fiscalizar las cuentas, entregar informes técnicos y financieros a las comisiones inspectoras de hacienda del Congreso para que con el dictamen de estas el pleno cameral  aprobara o desaprobara las dichas cuentas.
La Contaduría no olvidaba que era solamente un órgano técnico que dependía del Congreso del Estado. No sucedió así con el que desde entonces es el titular de la OSFE, un oscuro servidor de Arturo Núñez —lo que en mucho influyó para su nombramiento— que con Andrade, y después con Granier hizo y deshizo de ese ente burocrático, al grado que impidió que los legisladores cumplieran con “la finalidad de asegurar que los recursos públicos sean ejercidos con eficiencia, eficacia y honradez y acorde a los mandamientos que las leyes aplicables establecen”, según uno de los considerandos que creo la Ley de Fiscalización Superior del Estado de Tabasco; considerando, éste, que reconocía esa facultad a los diputados.
Manuel Andrade y sus diputados crearon el monstruo: lo desconcentraron, le dieron autonomía técnica y de gestión en el ejercicio de sus atribuciones así como para decidir sobre su organización interna, su funcionamiento y sus resoluciones.
Se dijo que con ello se fortalecía ese órgano, se le hacía más independiente, ágil y eficaz su funcionamiento.
A once años se pagan las consecuencias. No sólo por la denuncia que en el propio Congreso hizo en la Legislatura pasada, una diputada del gobernador Granier, Lorena Beaurregard, priísta, señalando que Francisco Rullán Silva, el titular del OSFE exigía dinero a los presidentes municipales para aprobarles sus cuentas, sino porque el grado de corrupción que hubo en el gobierno de Andrés Granier, en la mayoría de las dependencias y de los Ayuntamientos, deja ver la posible complicidad del órgano que estaba obligado a fiscalizar y asegurar a los tabasqueños “que los recursos públicos sean ejercidos con eficiencia, eficacia y honradez”.
Al respecto el propio gobernador Arturo Núñez, ante lo que desde un principio consideró un desastre económico administrativo, se vio obligado a opinar como responsable del gobierno actual, que “no habrá perdón ni olvido, no habrá más impunidad para nadie, sea cual sea su condición o haya sido el grado de su responsabilidad”. “Con las herramientas legales a nuestro alcance —dijo—, habremos de dar seguimiento serio y responsable a quienes deban rendirle cuentas a Tabasco”.
El grado de responsabilidad del titular del Órgano Superior de Fiscalización es grave, pero al parecer no le encuentran en el Congreso la cuadratura al círculo y ni siquiera le tienen datos de propiedades u otros bienes que haya adquirido como fruto de su corrupción.
A lo más, en este matutino se publicó el sábado 2, en la columna del compañero Mario Gómez, y esto en forma de pregunta: “¿Qué Paco Rullán es el tabasqueño que más ha viajado por todo el mundo durante los últimos años?”.
¿No se le ha investigado, como sí a Díaz Uribe? Claro que ser viajero frecuente no se puede con el sólo salario de un empleado de Gobierno, por más alto que sea su encargo. Y mucho menos con toda la familia, como ha sucedido. En fin, veremos… Hoy lunes.
CAMELOT
Arturo Núñez Jiménez, en Guadalajara, invitó a invertir en Tabasco a empresarios jaliscienses. Les dio a conocer que unos paisanos de los de Jalisco ya tienen capital invertido en Tabasco en una planta extractora de aceite de palma, en el municipio de Jalapa y prevén otra en la región de los Ríos, y hombres de negocio de España y Holanda están interesados en construir astilleros en el puerto de Frontera. Abundó ANJ que un grupo empresarial colombiano adquirió el ingenio azucarero Benito Juárez y ha expandido las plantaciones cañeras con la idea de producir etanol.


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