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domingo, 27 de septiembre de 2020

 BUSH Y HOJA DE MAZORCA

Tp070920 Cultura RUMBO NUEVO


TRANSPARENCIA

POLÍTICA

Erwin Macario

 

Tabasqueñismos (7)

 

Estoi convencido de que es

necesaria una institución

directora en lo tocante al habla,

i de que lo único que hace falta

es que… dirija acertada y

oportunamente. Marcos E. Becerra

 

El viernes 4, política y prensa —dos temas de mis presuntos libros—, interrumpieron esta serie de entregas acerca de la cultura y quienes, a la pela vaca, turuntunean en ella.

Este lunes 7, tras el descanso semanal, termino el tema de los tabasqueñismos esperando que los que tal negocia acometieron en ese sitio cibernético llamado DeTabascoSoy (DTS) —y les resultó una pirishada—, procedan a corregir lo que hemos señalado como errores que confunden.

Bien claro quedó que estos textos no pretenden sino defender nuestra habla tabasqueña, jamás ser un tratado lingüístico y ni siquiera una corrección ortográfica a los dislates que en ese portal abundan, mucho menos, Dios me libre, criticar las fallas de la ortología que entre los chocos es normal.

Revivir en algunas palabras el sonido perdido de la h en el español, por ejemplo, nos distingue ante otros. Y no renunciamos, al menos en la palabra hablada a pronunciar esa aspiración que se usaba en el Renacimiento.

Así, pronunciar la h ortográfica como una j, aunque no se estime culto, es de uso común y por ello quieren burlar a quien ahora es nuestro más alto exponente de nuestra forma de hablar, AMLO.

Otra falta ortológica, omitir letras en los finales de las palabras, no nos acongoja: amachao, desvalagao, ashushao, pasmao…

Tampoco omitirlas al comienzo de un vocablo: ta shusho, ta jondo…

Pero antes de pasar a lo que te truje Chencha, es decir a tratar de que enmienden sus “tuertos”, mi homenaje a Pedro Luis Hernández Sánchez, nuestro recordado Cabo de Turno con su Patrulla Policiaca, de pasadita la mitad del siglo pasado, quien no sólo recogió e inventó nuevos modismos, sino que, al menos a mí, me ilustró con que el pan sisote se llama así porque se cortaba con tijeras, que en francés es “Les ciseaux”.

Ya el maestro de estos andares, Jorge Priego Martínez ahondaría en que el dueño de una panadería trajo a Tabasco a un tahonero francés que empezó hacer el pan que algunos llaman así, pan francés, y que para cortarlo pedía en su lengua “les ciseaux”, las tijeras. Y los chocos llamaron a ese pan, sisote.

Sobre Pedro Luis, trataré de traerle algunos textos pues es necesario recordar el periodismo jocoserio que él y otros tabasqueños cultivaron.

Al asunto de hoy. Lo que dice DeTabascoSoy y lo que no es o no dijo: “Bush: Cantimplora artesanal de madera o corteza”. ¡No! El bush es una especie de guaje, algo natural, no una artesanía. Sí se usa como vasija o recipiente donde el choco llevaba su que beber. Es más grande que el leque o la jícara, pero más pequeño que el acocote del tlaquichero del pulque.

Por su forma, se le dice “bushón: de cachetes y papadas grandes”, a los chocos cachetones, bushudos, cachetes de bush.

“Chanchamito: Tamal redondo y gordito relleno de carne de cerdo envueltos en hoja de maíz”. NO: Ya se dijo que ese tamal se puede rellenar de carne de otros mamíferos o aves. Y que se envuelve con la hoja de la mazorca del maíz, no con las grandes, largas y quebradizas hojas del maíz.

“Chorote: Chocolate con cacao hervido en agua y endulzado”. No sabía que esa bebida de fermentado de masa de nixtamal y cacao molido, se hervía.

“Cojó: Personaje disfrazado y enmascarado de la danza del pochó”. Bien, pero olvidan en su lista de tabasqueñismos a la pochovera y los tigres (jaguares).

“Cushilear: Chismear”. Ya les dije que confunden cuchichear, chismear, argüendear con acushilear, azuzar los perros.

“Desvalagao: Desarreglado”. De niños nos desvalagaban los chuchumos con talladas o masajes. No nos desarreglan, señitos.

“Que quiere cuero solito lo anda buscando: Una persona puede alcanzar sus metas si se lo propone y lucha por ellos”. Jijjijiji. La frase completa comienza “con culito que quiere cuero” no significa eso, sino que el que hace algo mal, merece un castigo.

“Embrocarse: Acurrucarse o doblarse”. No, doñita:  —Niño, “embrueca” esa olla —gritaba mamá y colocábamos la olla boca abajo. Acurrucarse es hacerse un ovillo con su cuerpo. Digo. Se acurruca uno con la persona amada en busca de protección. Se embrocan, otros, ante quien tiene poder.

“Joloche: Hoja de maíz seca para envolver dulce de naranja en Jalapa”. Ya dije en el vocablo chanchamito que joloche es la hoja de la mazorca. Y también en otra entrega dije que se puede envolver y se envuelve en Jalapa otros dulces, no sólo dulce de naranja.

“Más pelao que una yuca: Persona es vulgar”. Entiendo que andar más pelado que una yuca es, como ahora, no traer ni los 200 pesos que nuestro paisano carga en la cartera. Andar empeñando chicharras, ser un chupatapas, etc.

“Sacana: Algodoncillo, infección bocal que se presenta principalmente en los bebés”. En realidad, se le dice sacanaca. Y no sé si se presente en los adultos, a menos que sean succionadores de calostro.

“Solo el que carga su tanate sabe lo que lleva dentro: Sólo el que vive el problema lo conoce a fondo”. De escuincles oíamos y llamábamos “tenates” a esas bolsas. Como también conocíamos otras con el nombre de”yoyo”. Y tenates para no confundirnos: ¡nel guey, me dio una patada en los tanates!!

Espero que al menos los de otros sitios cibernéticos corrijan sus tabasqueñismos. ¡Con las amachadas no podemos! Seguiremos con la historia y otras negocias.

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