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jueves, 2 de septiembre de 2010

LOS CAMBIOS DEL AGUA


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TRANSPARENCIA
POLÍTICA
Por Erwin Macario* erwinmacario@hotmail.com

Inundaciones: una solución

El otro proyecto es: en el vaso de
la presa de Malpaso, que es la presa
que tiene el vaso más grande, hay una
boquilla natural en la que se puede quitar
el agua de exceso que llegue a Malpaso
y derivarse a la cuenca del Uxpanapa. Y
de ahí, por el Coatzacoalcos, al Golfo
.
Leandro Rovirosa 130408

Ayer, en este espacio, se recordaban las inundaciones. Vale volver a preguntar ¿Hubo diferencia entre la de 1932 y la de 2007? Sí, aun cuando las aguas afectaron las mismas áreas. Entonces —y después en las inundaciones de 1967 (que no tocó el centro de Villahermosa), 1980 (sólo parte de lo que fue vaso de la Laguna El Negro) y 1999 , las aguas no irrumpieron violentamente, al contrario del 2007 que en media hora sepultaron la ciudad.
La crónica de 1932, en el mencionado periódico Redención, lo explica: el 13 las aguas estaban en Juárez y hasta el 14 y el 15 de octubre van llegando hasta Saenz y Lerdo. El abrazo fluvial es así, lentas las aguas van recobrando la tierra.
Pero en 2007, lo ha dicho este columnista, el agua constreñida en el embalse que se volvió la Laguna El Camarón debido al bordo de 12 kilómetros que se construyó —en el gobierno pasado, el Manuel Andrade, hacia el aeropuerto—, reventó las barreras inundó Las Gaviotas, pasó dos metros y medio sobre el nivel máximo del río Grijalva e inundó Villahermosa. ¡Ya no con un metro, como sucedió en 1932, que era la más grande inundación en el centro histórico y comercial de la capital tabasqueña, sino hasta con profundidades de tres y cuatro metros desde el espejo de agua al pavimento de las calles.
Si el agua tiene memoria y recobra sus territorios, los tabasqueños no debemos perder nuestra limitada memoria histórica. La creciente de 2007 nos dejó lecciones dolorosas que tenemos que asimilar, por bien de Tabasco.
No ha sido así. Aunque no es hora de reclamos sino de buscar soluciones a la inundación que este 2010 puede repetirse en Villahermosa, bien vale advertir que amén del peligro del caudal de los ríos Grijalva y Carrizal —que esta vez son doble amenaza sobre la ciudad, persiste el embalse de las lagunas que desfogan al Grijalva por los puentes Zapotal 1 y 2. Ahí existe un volumen de agua igual al embalse máximo de la Presa Peñitas, lo que podría provocar un nuevo rompimiento, esta vez —Dios lo quiera— no hacia la colonia Las Gaviotas, como en el 2007, sino por los mismos puentes mencionados, pues no se ha construido un tercer paso de las aguas hacia el Grijalva, un solo claro de un puente único que sustituya las alcantarillas cegadas por el bordo que va de Gaviotas hasta el aeropuerto.
Para que esto no suceda y posiblemente para que Villahermosa no se vaya a pique de nuevo, una solución que deben analizar los técnicos en hidráulica es la que Leandro Rovirosa, experto en aguas, apuntaba en un desayuno en la Mesa 42 y que hoy es nuestro epígrafe: desviar las aguas de Mal Paso hacia el Golfo de México, sin que tengan que recargar la Presa Peñitas.
Es una segunda opción propuesta por el constructor de Mal Paso, que desde 1980 insistía en el canal de alivio Samaria-Golfo y que en ese desayuno, hace dos años cinco meses, respondió al autor de esta columna: "Hay dos proyectos que son indispensables para Tabasco. Uno de ellos es el Samaria al mar. Ese proyecto tuvo un problema muy serio de oposición porque se consideraba que un canal de ese tipo iba a succionar, a chupar digamos, todo el sistema lagunario de Tabasco, transformando la ecología. Y la verdad de las cosas es que eso puede suceder pero es fácilmente recuperable por el inundamiento de las lluvias”.
Ahora no hay, como entonces, los recursos para este canal. Pero puede pensarse en el desvió por la boquilla de Mal Paso. Vale la pena, al menos, analizar la propuesta de alguien que sabe de aguas.
LADO CLARO
El coordinador de la Fracción Parlamentaria del Partido Acción Nacional, Juan Francisco Cáceres de la Fuente, anunció que en las oficinas del edificio Pastrana, ubicado en la esquina de las calles Nicolás Bravo e Hidalgo, a un costado del Tribunal Superior de Justicia, instalaron un centro de acopio para apoyar a las familias afectadas por las inundaciones.

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