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sábado, 11 de septiembre de 2010

NO FUE UN ACTO POLÍTICO


Crón110910CulturaDTvespertino


RESCATE DEL BICENTENARIO
Poemas en la lengua chontal, en el nuevo
libro de Auldárico Hernández Jerónimo

Por Erwin Macario

Aquí/ sobre un pedazo de tierra./ Aquí/ en medio del pantano”. La voz del poeta revive el sentimiento del indígena yokot´an. El poema pensado en lengua materna y llevado al español, el idioma obligado por una cultura que amenaza destruirla.
Auldárico Hernández Gerónimo, —dramaturgo, cuya voz recreaba, “cabalgando a la luz de la luna”, reviviendo a García Lorca en Oxolotán, en las Bodas de Sangre—, estaba ahora, ayer viernes, en otro escenario, presentando su libro K`ELEN K`AY, Yokot´an CANTOS VARIOS Maya Chontal.
Fue, contrario a lo que se pensaba, un acto cultural. Pese al auspicio político de su obra. No asistieron los políticos que se pensaba lo apadrinarían en lo que, podría creerse. era un acto de coptación al líder chontal perredista.
En la cancha deportiva de la Universidad Olmeca, caluroso recinto que convirtió ejemplares del Diario de la Tarde en improvisados abanicos, el poeta dramatizó sus versos. Elementos de la compañía del Teatro Chontal repetían, en la sonora lengua indígena tabasqueña, las palabras de Aj Dariku. En el poemario, de 120 páginas, los poemas vienen en las dos concepciones linguísticas.
El subsecretario de Gobierno, Andrés Madrigal, estaba con la representación del presidente de la Comisión Organizadora para la Conmemorarción del Bicentenario de la Independencia Nacional y el Centenario de la Revolución Mexicana, Humberto Mayans Canabal, secretario de Gobierno, que apoyó, junto con la Universidad Olmeca, la publicación y presentación del libro.
Asistió también la directora del Instituto de Cultura de Tabasco, Norma Cárdenas Zurita; el capitán Montes Padilla en representación de la XXX Zona Militar y Enrique Pons Castro, a nombre del líder del Congreso, José Carlos Ocaña Becerra. No fue un acto político.
Aquí/ en este asfalto y el concreto/ ante cosas extrañas/ soy el tropel de pies descalzos/ que hoy hacen temblar/ a la bestia humana./ Soy el vuelo del venablo/ y el relámpago del machete./ Soy bala liberal/ en la trinchera de los pobres./ Soy fugitivo/ por quién sabe que males/ soy el bandido a salta de mata”. Protesta atenuada, o tal vez gritada por el verso indígena. Voz política del poeta reprimido en su propio partido, el PRD. Encarcelado en 2008 “por portar arma de uso exclusivo del Ejército”.
Sobre la marcha corrige dos de los poemas leídos. Regresa a su género al ave símbolo de la patria: “Por eso aquí estoy con el último jaguar/ entre las venas/ con la última águila/ camino/ otra vez a la montaña”. Le da musicalidad al verso cambiado por el verbo “encontrar”, en su poema “Oración”, por el verbo estar: “Ven/ no importa como estés/ mitad luz/ mitad sombra/ con tus arterias quietas/ que esperan el oleaje del océano”.
El libro se presentó, según los auspiciadores, “con el propósito de mantener, promover y difundir la cultura y el idioma maya chontal”, aprovechando las celebraciones de la Independencia y Revolución mexicanas.
El libro reúne poesías de Hernández Gerónimo, con un largo historial en la defensa y difusión de la cultura y el lenguaje maya chontal, a través del teatro y la poesía, pues ha publicado diversas obras orientadas a este propósito.
La Compañía del Teatro Chontal–Nacajuca, representó, en lengua indígena, las cuatro poesías a las que dio lectura Auldárico Hernández Jerónimo.
La obra fue presentada por Andrés Fábregas Puig, quien dio lectura al prólogo que escribió en este nuevo poemario del poeta de Nacajuca y agradeció que su texto se haya traducido a la lengua yokot´an.
“Una tarde-noche Oxolotán, Tacotalpa, Tabasco. El atrio del convento —magnífico— es el escenario. Los caballos aparecen como centellas reviviendo a García Lorca. Homenaje de bondad extrema del pueblo ofendido que recupera la palabra del poeta caído en los campos sangrantes de la España herida por la traición”, dice el prologuista.
“En Oxolotán, en Tabasco, las Bodas de Sangre son enraizadas al espíritu local. Hazaña de la creatividad tabasqueña. Auldárico era parte de esa recreación. Ahí se forjaba el poeta, cabalgando en la luz de la luna que alumbraba la noche en que García Lorca vive en Oxolotán”, agrega en otra parte que leyó anoche.
De los cuatro poemas leídos, el dramatismo llegó ayer a su clímax con “A la memoria de mis abuelos”, el último leído en español por el poeta y en maya chontal por los actores, con música autóctona de fondo: tambor y pito: “Mi abuelo me enseñó/ a tejer caminos con los pies/ a bailar frente a la ofrenda de maíz;/ a hacer voces, moldear collares de palabras/ para las niñas de mi pueblo./ Mi tata me enseñó/ a pintar sandalias de hojas,/ a amarrar con bejuco el tatuán// su casa de la mujer de dulce mirar”.

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