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jueves, 21 de octubre de 2010

DE SUMISO A GUERRERO


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TRANSPARENCIA
POLÍTICA
Por Erwin Macario* erwinmacario@hotmail.com

El cinismo político

“Necesitamos una cabeza y un sable”,
dice Barras a Fouché, teniéndose a si
mismo secretamente por la cabeza y
buscando el sable a propósito
. Stefan
Zweig
/ Fouché, el genio tenebroso.

Otro niño al pizarrón.
El gran biógrafo Zweig escribe: “Sobre todo lo que ocurre en el país, tiene José Fouché las primeras, las mejores noticias. Nadie sabe tan detalladamente, gracias a una vigilancia de mil cabezas y de dos mil oídos, hasta los últimos pliegues de los acontecimientos; nadie conoce la fuerza o la fragilidad de los partidos y de las personas mejor que este observador de nervios fríos, a través de su aparato registrador que marca las más pequeñas oscilaciones de la política”.
“(…) advierte claramente que el Directorio está perdido. Sus cinco miembros están en desacuerdo: uno obra a espaladas del otro y sólo espera el momento de quitarlo de en medio. Los ejércitos vencidos, la economía revuelta, el país intranquilo… así no se puede seguir. Fouché husmea que pronto cambiará el viento. Sus agentes le informan que Barras negocia ya secretamente con Luis XVIII para vender por una corona ducal la República a las dinastías de los Borbones. Sus colegas, en cambio, coquetean con el duque de Orleans o sueñan con la reconstrucción de la Convención. Pero todos saben que así no se puede seguir.
“La nación está conmovida por rebeliones interiores, los asignados se deshojan en papeles sin valor, los soldados niegan ya el servicio. Si no reúne una fuerza nueva, las energías dispersas, se derrumbará la República”.
Lo que sucede estos días en Tabasco, que hacen releer a Sung Tse, a Fouché, a Maquiavelo, a Mazarino, sería digno de una pluma mejor que la de un columnista. Alguien que pudiera escudriñar lo que está detrás de las palabras, del discurso. Lo requiere una Lorena Beauregard tomando lugar en la trinchera. Y ahora otro diputado local, Humberto Villegas Zapata, cambiando un estilo de silencio y aprobación sumisa por el papel de otro crítico del momento.
Tito Villegas —en entrevista de La Palabra, encartada ayer miércoles 2010 del 2010, en Rumbo Nuevo, sección Análisis— no dice nombres pero mantiene la dirección de la guerra: “Uno de los factores que yo entiendo que han deteriorado al extremo en que se encuentran los créditos que debe tener el pueblo hacia las instituciones, ha sido un indebido comportamiento de los hombres que han ejercido, a nombre de los demás, el poder público; que han manejado recursos públicos y que se han esmerado en perfeccionar ante la sociedad un discurso de cinismo y de impunidad”.
Político apegado siempre al guión, operador en las sombras y en defensa de todo lo que sea partido y gobierno, ahora sorprende en el texto de la mitad de la revista: “Cuando no se está convencido de lo que se está diciendo, cuando hablamos de eficiencia, eficacia y honradez y no es lo que sustentan nuestras palabras, estamos siendo cínicos y el ser cínicos a veces lom promueve, lo fomenta la impunidad, los arreglos que se dan en las fuerzas sociales que no permiten a veces que las conductas de ineptitud y de descaro puedan ser castigadas, ya no digamos con la cárcel, sino como lo hacían los griegos, con la deshonra pública”.
Su censura va más allá: “Ya no podemos seguir reconociendo el éxito de quien se ha conducido de manera irresponsable y ha sido lo suficientemente abusivo y abusado para poder succionar con tanta ventaja los recursos públicos”.
No dice nombres al señalar que este tipo de servidores copnvierten la hacienda pública en “su hacienda personal , en una hacienda de provecho personal, de éxito ficticio, de poderío económico, cuando malversó los recursos públicos de manera indebida, aprovechándose de la confianza de la sociedad”.
Y el tiro de gracia, sin mencionar siquiera una pista: “Ese es el problema para mí que ha deteriorado la política y la gente se da cuenta. Sin embargo hay actores políticos que no se avergüenzan de ello y exhiben sus riquezas mal habidas como si fueran trofeos de caza”.
LADO CLARO
En la otra mitad de La Palabra se publica entrevista al secretario de Asentamientos y Obras Públicas, Héctor López Peralta, y se dice que el funcionario señaló que “la única forma de contrarrestar las acusaciones sin fundamento que buscan enturbiar la administración del químico Granier, es trabajando como lo han venido haciendo, con total apego a la ley”.

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