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lunes, 28 de septiembre de 2020

 DOLORES CORREA, LA PRIMERA PERIODISTA

Tp250820 Prensa RUMBO NUEVO


TRANSPARENCIA

POLÍTICA

Erwin Macario

Primeras periodistas (2)

 

Cuando Bischoff falleció pesaron

su cerebro y peso menos que el

de cualquier mujer. Dolores Correa

Zapata/ Reseña periodística

 

 

El año de 1879, en que el doctor Simón Sarlat Nova inauguró el Instituto Juárez —antecedente, génesis histórico de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco—, se publicó en San Juan Bautista la revista El Recreo del Hogar, de la que fue directora y jefa de redacción, Cristina Farfan, y en la que colaboró la primera periodista tabasqueña, Dolores Correa Zapata.

María Cristina Farfán Manzanilla, educadora, poeta y escritora nacida en Yucatán —de dónde nos ha llegado mucho del periodismo como ya he dicho en otros textos, en este espacio periodístico— llegó a Tabasco recién casada con el también profesor José García Montero y murió de parto el 24 de agosto de 1880.

Con ella había abrevado Dolores Correa Zapata, en Mérida, el afán de participar en lo que se llamó el surgimiento de la primera ola del movimiento feminista en México.

Farfán, cuyos restos mortales fueron llevados en 1885 a Yucatán fue una de las pioneras del periodismo literario femenino, y nuestra paisana Dolores Correa una de sus mejores herederas, al grado que es la primera periodista de Tabasco, mérito que no opaca el de haber sido una de las grandes feministas de fines del siglo XIX y principios del XX y la Revolución y también una profesora que legó textos a la educación mexicana y una prolífica obra escrita a favor de los derechos de las mujeres.

En los estudios del periodismo tabasqueño no se menciona nombre femenino en este quehacer, sino el de Dolores Puig de León, como una de quienes redactaban La Bohemia Tabasqueña en 1889, según ficha de Ligeros datos del Periodismo en Tabasco (1825-1892) escritos por Felipe J. Serra y Andrés Sánchez Ábalos (notas de Francisco J. Santamaría).

La lucha feminista que con ideas en libros y revistas libró la teapaneca Dolores Correa fue resaltada en el Primer Congreso Feminista organizado por el gobernador de Yucatán, Salvador Alvarado, en 1916, donde hacen un reconocimiento a Rita Cetina Gutiérrez, y a Dolores Correa Zapata como defensora de los derechos de las mujeres.

Un amplio estudio de su labor educativa —que inició en Tabasco en un colegio particular de sus padres y culminó en la capital de la República— es el que con el título de Dolores Correa Zapata: una profesora feminista del siglo XIX, publicó Rosa María González Jiménez, en la revista Perspectivas Docentes, de la UJAT, el año pasado (2019).

Algunos datos recogidos en diversas fuentes ilustran el trabajo que realizó la pionera del periodismo femenino en Tabasco:  Colaboró en Violetas de Anáhuac, 1888 y en 1904 fundó junto con Columba Ribera la revista Mujer Mexicana, órgano de la naciente sociedad femenina “Protectora de la Mujer”, en la que se agrupaban Mercedes Castorena, la licenciada en Derecho María Sandoval del Zarco, Severa Aróztegui, Luz F. Vda de Herrera y Trinidad Orillés.

Después de viajar por Europa escribió folletos de carácter progresista: El espíritu del pueblo mexicano, De la escuela primaria a la normal, La combustión, El cinco de febrero, La obra del señor Rébsamen, La Federación y la escuela, La obrera mexicana, El desayuno de la obrera Luz, El trabajo, El obrero mexicano y La guerra y la paz. Pese a ser admiradora de Porfirio Díaz, se le considera una de las preparadoras sociales del movimiento revolucionario de 1910.

Amplío sobre su estancia en Tabasco: Dolores Correa nació en el municipio de Teapa, en el estado de Tabasco, el 23 de febrero de 1853. Provino de una familia netamente de pedagogos, sus padres fueron don Juan Correa Torres y la señora María de Jesús Zapata, trabajaron juntos para impartir las enseñanzas en el Instituto “Ocampo” y en el Colegio “María”, en San Juan Bautista, que fueron las primeras y únicas escuelas particulares de aquella época, donde la educación era exclusivamente laica.

 En 1874, se trasladó a la ciudad de México, en donde se titula como maestra de secundaria en la Secundaria para Niñas que había creado Benito Juárez García. En 1890 esa secundaria se transforma en Escuela Normal para Profesoras, y ahí es una de las maestras la tabasqueña Dolores Correa.

En 1886 incluyen tres poemas suyos en la antología elaborada por Vicente Riva Palacio y Manuel Altamirano. Sus poemas fueron: La mujer cristiana, Un canto y Un mendigo.

En 1893, en la antología Poetisas mexicanas, de José María Vigil, aparecen tres poemas de Dolores Correa: Teapa, Pinceladas y Las dos liras.

El 27 de noviembre de 1896 fue nombrada maestra titular de la clase de Economía Doméstica en la Normal de Profesoras, y en el mismo año publica su segundo libro de texto "La mujer en el hogar". Otros libros de texto de su autoría incluyen "Moral e instrucción cívica" y "Memorias de una maestra".

En su tiempo aparecieron como periódicos y revistas:  Violetas del Anahuac (1887-89), El Correo de las Señoras (1882-83), El Álbum de la Mujer (1883) y La Mujer Mexicana (19041905).

En una reseña periodística, en 1895, que refrenda su feminismo, Dolores Correa escribió: el científico alemán Bischoff sostenía que las mujeres eran intelectualmente inferiores a los hombres. Su hipótesis la basaba en que el cerebro de las mujeres pesaba menos que el de los hombres. El artículo, publicado en México Intelectual  describe que cuando Theodor Ludwig Wilhelm von Bischoff murió pesaron su cerebro y peso menos que el de cualquier mujer.

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