HONESTIDAD EN Morena
TRANSPARENCIA
POLÌTICA
Erwin
Macario
Corrupción grotesca
Le cargó al Senado de la República
artículos personales, entre otros
refrigerador, muebles, gastos del súper
y hasta una muñeca. Denis Maerker 130618
El día que el
Pleno del Senado de la República aprobó la solicitud de licencia —por tiempo
indefinido por aquello de las dudas— a Layda Sansores San Román, el presidente
de la Mesa Directiva, Ernesto Cordero, dijo que la senadora campechana se llevaba
el reconocimiento de sus compañeros y, lo más importante, el cariño y
agradecimiento de los compañeros trabajadores de mantenimiento y limpieza de
ese cuerpo legislativo.
Pintita,
hija de tigre —no es elogio, conste—, la “dama del buen decir” no sólo se llevó
eso que dice el panista verdugo de Ricardo Anaya, sino la prueba personal que
documenta cómo la corrupción ha llegado a extremos grotescos en el propio
Senado.
La hija del
“Negro” salió una vulgar ladrona ante su padre Carlos Sansores Pérez, a quien
el general José Ortiz Ávila, ex gobernador de Campeche, protector y compadre de
éste, lo acusó de ser “un traidor, un desleal, un bandido. Dos veces ha traicionado al PRI; actuó
deslealmente con sus amigos inclusive provocó
por órdenes de Luis Echeverría, la caída de Carlos A Madrazo; se ha
enriquecido cometiendo latrocinios y hasta es autor intelectual de un asesinato”.
La acusación
fue documentada por el periodista Elías Chávez, en la edición 44 de la revista
Proceso, en septiembre de 1977, con el
título “La negra historia del Negro Sansores”.
Pero hoy no
es la negrura del negro el tema, sino la corrupción caricaturesca de Layda
Sansores, quien además de grosera e insolente no tiene llenadera, pues, no conforme con el insultante millonario
sueldo de senadora, compraba artículos personales con cargo al Senado de la República,
tal vez con la aquiescencia de su presidente Ernesto Cordero quien al
despedirla “con calidez y respeto del Senado”, según el boletín oficial, no
escatimó palabras. Le dijo que se llevaba, también, la bendición de los
trabajadores y “tiene mi amistad, cariño
y respeto, y fue un honor haber sido su compañero en esta Legislatura”.
La senadora
con licencia cargó al presupuesto senatorial unos 700 mil pesos de gastos
domésticos, personales, que no tienen relación con su tarea legislativa, salvo
pudiera ser, el mantener su imagen tornasolada con los tintes de cabello que le
pagamos los mexicanos vía Senado.
Corrupción
de baja estofa, de delincuente de cuello negro, que la periodista Denis Maerker
exhibió, en noticiero Televisa: “En el
centro de las campañas presidenciales de este año ha estado el tema de la
corrupción, el desvío de recursos públicos, el enriquecimiento ilícito. Esto tiene que cambiar, en eso han coincidido
todos. Pero no es solamente en los casos más flagrantes. Es también el abuso
cotidiano de servidores públicos que, quizás sin caer en prácticas
ilegales, dejan ver que fácil les parece
disponer de los recursos de todos”, dijo la periodista en su programa, lo que circuló desde anteanoche en las redes
sociales.
“Le tenemos un ejemplo —abundó la
colega—. La senadora del PT, con licencia, Layda
Sansores que ahora busca ser la alcaldesa de la Delegación Álvaro Obregón, aquí
en la Ciudad de México, por la Coalición Juntos Haremos Historia le cargó al
Senado de la República artículos personales, entre otros refrigeradores,
muebles, gastos del súper y hasta una muñeca.
Este es el
reporte de Fátima Monterrosa: durante 2016 y 2017 los servicios administrativos
de la Cámara de Senadores reembolsaron más de 700 mil pesos en gastos
personales a Layda Sansores, que no están relacionados con su labor
legislativa.
Al través de
una solicitud de información se obtuvieron copias de las facturas que Sansores
presentó al Senado para poder comprobar sus “gastos legislativos”.
Layda
Sansores facturó a nombre del Senado de la República gastos personales que van
desde el tinte para teñir su cabello de rojo (número 5, desodorantes, pasta de
dientes, hasta la despensa de su casa. Bajo este concepto el Senado avaló las
compras por 59 mil 731 pesos que realizó la campechana en tiendas y
supermercados.
El 30 de
noviembre (día de San Andrés) de 2016 se gastó por ejemplo 6 mil 610 pesos en
12 kilos de bacalao noruego y dos kilos de jamón serrano.
Un senador de
la República percibe un sueldo mensual bruto de 223 mil pesos más un recurso
extra llamado de servicios generales en apoyo de sus labores legislativas, que
tienen que comprobar y que va de los 150
mil a los 232 mil pesos mensuales.
Sin embargo,
Layda Sansores facturó a nombre del Senado compras en diversas tiendas
departamentales en la ciudad de México. Fueron 56 mil 274 pesos en maquillaje,
joyería, ropa, bolsas y juguetes para sus nietos. Por ejemplo, en una factura
del primero de diciembre de 2016 pagó 4
mil 940 pesos por una muñeca Tumbir y sus accesorios.
La senadora
Sansores se mandó a confeccionar con la diseñadora de moda Carmen Río un
vestido y una mascada de seda con la cara de los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa;
también un saco y un rebozo. Por las cuatro prendas se pagaron 22 mil 185
pesos.
También
facturó a nombre del Senado de la República 288 mil 476 pesos por la compra de
almohadas, juegos de sábanas, cobertores, cortinas, toallas, vajillas,
cubiertos, tazas, platos, refrigerador, estufa, tostador, plancha, licuadora,
colchones, cafeteras, sartenes, sillas, comedor, porta retratos, aires acondicionados, ventiladores y macetas.
El 21 de
octubre del 2016, por ejemplo, facturó una cafetera de 32 mil 939 pesos y el 5 de enero de 2017
una licuadora de 14 mil 999 pesos. Las compras se realizaron en diversas
tiendas de la Ciudad de México y de Campeche.
Exhibido el
Senado.
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