MALUCAR, NUEVO USO
AMLO y nuestros modismos
Zuckermann, Zuckermann, sí;
etcétera, etcétera, etcétera…
me camuqué. Andrés Manuel
López Obrador / Conferencia
de prensa matutina 111120
Andrés Manuel López Obrador, uno de los activos actuales en la defensa de los modismos tabasqueños, nos acaba de regalar un nuevo uso del verbo camucar, que Francisco J. Santamaría cita en su Diccionario de mejicanismos como embaucar, engañar con halagos, para conseguir algún fin preconcebido.
“Me camuqué”, dijo en su mañanera el presidente de la República, quizá para darle más fuerza y vigor al reconocimiento que había equivocado el apellido de uno de sus acérrimos críticos, Zuckerman, por el de quien es su más leal e incondicional defensor, Ackerman.
—Sí, nosotros no damos subvención, así se le llamaba antes de manera más elegante al ‘chayote’, al soborno. No, al contrario, yo tengo que agradecerles a ustedes porque hay muchos medios independientes que actúan en las redes sociales que no le cuestan al gobierno, que no reciben ni siquiera publicidad del gobierno de nada y están informando y en el caso personal nos defienden —había dicho AMLO ante la queja de un presunto youtuber que le dijo que “Así lo dicen textualmente también comunicadores y periodistas diciendo que nosotros recibimos ‘chayote’ de usted”.
Ya encaminado, López Obrador mantuvo su actitud frente a la prensa e intelectuales, enlistando a quienes más le critican: Cuando está la cargada, porque se ponen de acuerdo, son coros, esto del reconocimiento o no a un candidato empieza uno a ver a Krauze papá, Krauze hijo, a Aguilar Camín, ¿cómo se llama el que fue secretario particular de Zedillo?
— Liébano.
— Liébano, Claudio X. González, Ackerman, así no… No, ¿Cómo se llama uno de un noticiero?
--- Zuckerman
— Zuckermann, Zuckermann, Zuckermann, sí; etcétera, etcétera, etcétera… me camuqué.
Uso correcto del pretérito perfecto simple del verbo camucar, aunque quizá con una de sus acepciones reconocidas en ese modismo que se usa en el juego de naipes cuando no se acomodan bien las cartas.
Jorge Priego Martínez, el líder de un grupo que ha rescatado los tabasqueñismos que no están citados en los diccionarios, me dice que “camucar”, según Santamaría, es muy usado en los juegos.
Jorge Priego y quienes hemos sido parte del equipo lexicográfico que ya dio vida al Vocabulario Tabasqueño —que ya he dicho ha tenido como un gran difusor a AMLO desde que estaba al frente del gobierno del Distrito Federal—, y los nuevos integrantes de ese grupo, sabemos que todo modismo rescatado debe tener un respaldo de su uso, no sólo por la oralidad, sino por la documentación ya en un libro, ya en un periódico u otro medio escrito.
López Obrador, al usarlo, da oportunidad de que camucar se mencione en la segunda edición, corregida y aumentada del Vocabulario tabasqueño (Colección de locuciones usadas actualmente en Tabasco,cuyos significados no aparecen en ningún diccionario), ahora con el significado de equivocarse: me camuqué; de enredarse, como puede inferirse de cuando no se acomodan bien las cartas en el naipe, aunque esto también podría connotar —verdad Felipe Eladio?— intentar hacer trampa. Menciono al colega porque muchas partidas de póker nos unen.
Que el presidente de la República utilice el verbo camucar, podría decirse, con exactitud, oficializa el nuevo uso del verbo camucar, pues del discurso pasa a los medios electrónicos y escritos, requisito éste último para validar el modismo y esperar que un día se incluya, con esa nueva acepción en los diccionarios.
Quizá en algunas otras partes del país se use la verbalización del sustantivo camuco, como camuquear, lo que podría ser válido, pero no es el caso del modismo tabasqueño pues la conjugación mostrada en la primera persona del singular en el tiempo pretérito que hizo AMLO demuestra que los tabasqueños decimos camucar, que se conjuga como educar: yo eduqué, para citar el uso mencionado.
Si usáramos el verbo camuquear, tendríamos que decir en pasado `primera persona del singular, camuqueé, al conjugarlo como besuquear: yo besuqueé.
Diferente, aún, sería la conjugación si usáramos camuquiar como verbo del sustantivo camuco, pues entonces López Obrador hubiese dicho “camuquié”, como se dice “esquié”, de esquiar. Lo mismo vale para quienes dicen, mal, besuquiar. Su pretérito sería “besuquié”.
En fin, en más enredos que su odiado chayote nos mete el paisano. Pero todo sea por preservar la lengua. No se entienda literal. Por mantener nuestros modismos.
Aunque, para terminar esta entrega periodística, vale la pena decir que el verbo camucar también tiene otra acepción citada por los que rastrean palabras: se dice que camucan dos personas que no congenian, que no se llevan bien.
Pero esta vez, yo pretero no ahondar en esto, y me guardo el sustantivo camuco para los que se enfrentan por el manejo de la Presa Peñitas y por el malecón de Villahermosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario