jueves, 10 de diciembre de 2020

 LOS QUE MANDAN EN TABASCO

Tp101220 Ciudad RUMBO NUEVO


TRANSPARENCIA

POLÍTICA

Erwin Macario

 

El triángulo del poder

 

Artículo 832.- Se declara de utilidad

pública la adquisición que haga el

Gobierno de terrenos apropiados…

Codigo Civil Federal

 

En Tabasco, con eso de la Cuatroté, si habría que escoger un sitio para representar el poder, y hacerlo con una de las figuras geométricas más reconocida, no hay duda: el triángulo en el que serían los vértices la Quinta Grijalva, el Obispado de la catedral del Señor de Tabasco y el edificio en ruinas de Paseo Tabasco y Fernando Mayo Sanlucar.

La residencia oficial que hoy habita el gobernador Adán Augusto López Hernández y las oficinas donde despacha y también habita el representante del poder eclesiástico en Tabasco, monseñor Gerardo de Jesús Rojas López, han sido por años los centros del Gobierno y de la Diócesis de Tabasco. Poderes terrenal y espiritual.

Ningún problema en ello. Ya no hay quejas porque las campanas repiquen muy temprano llamando a misa —que están in suspensus por la pandemia de covid— ni, del otro lado, por los discursos que intenten frenar el trabajo pastoral y la injerencia política del clero.

Cada quien en su casa. Unos en la arbolada quinta, testigo de la Historia y de muchas historias tabasqueñas. Otros en la inconclusa catedral.

El vértice problema de ese triángulo de poder, da a la calle. Está a la vista y al olfato —si no se está enfermo de covid— de la gente que vive en esa figura geométrica que tiene como centro al parque infantil Manuel Mestre Gigliazza, otrora sitio de reuniones familiares en Villahermosa.

Esquina de otro poder, enfrente del parque. Ángulo del poder, pero más de la corrupción y la inseguridad que se aferran a retar la Cuarta Transformación y a sus gobiernos.

En esa esquina de Paseo Tabasco y Fernando Mayo Sanlúcar, de la capital tabasqueña,  hace unos años hubo el primer restaurante de comida de autor en Villahermosa. Las delicias aromáticas competían con el olor a santidad, el incienso y las veladoras de la catedral y el olor a naturaleza verde de la pequeña selva intramuros que es la residencia oficial de los gobernadores, desde Tomás Garrido.

El inmueble abandonado y en uso de la delincuencia, fue, muchos años antes, propiedad de Olga Zetina Ingüi,  hermana de malogrado escritor, quien me obsequió uno de los primeros libros, Fito Zetina. Conocí la casa, como algunas veces recuerdo La Quinta y, menos, la Diócesis.

Ahora está en total abandono ese edificio y el olor que llena ese triángulo —tal vez no llega a la Quinta ni a la Catedral— no es de lo mejor de la cocina tabasqueña, sino lo peor que se cocina en la inseguridad, la corrupción y la falta de autoridad: consumo de mariguana.

Delincuentes de variada índole han tomado el inmueble como refugio. ¡Enfrente de la residencia oficial! De la casa de Adán Augusto López Hernández.

No únicamente han sustraído, a pedazos, los elementos físicos que componen una construcción de ese tipo; esto es, desde focos y lámparas, hasta ventanas, puertas, tuberías, cables eléctricos, etc. a la vista de todo mundo, actuando preferentemente de noche.

En sus incursiones ya han robado hasta tubería de cobre de algunas casas aledañas, sin que prospere la queja ciudadana. Así es Tabasco.

Se sabe que el nuevo propietario del inmueble abandonad es el licenciado y notario público Jorge Pereznieto Fernández y es allí donde aparece una parte del poder político, aunque en realidad lo que ahí sucede es manifestación del poder de la delincuencia que puede, hace y deshace sin que ninguna autoridad intervenga.

El notario Pereznieto se niega a proteger su propiedad alegando que ya la entregó en alquiler a la empresa OXXO, otra cara de la influencia entre empresarios. Sin ninguna protección, el abandonado edificio está convertido, además, en un basurero y un cagadero público, pues los delincuentes que la usan como refugio hacen sus necesidades en todas partes del inmueble.

El presidente municipal de Centro, Evaristo Hernández Cruz, tiene ya conocimiento de este problema urbano, a través de denuncias y quejas interpuestas por vecinos, pero no se ha dignado siquiera a respetar el derecho de queja y la petición para que intervenga.

La policía no actúa. Ni porque ese refugio criminal está enfrente donde todas las noches duerme el gobernador de Tabasco.

En varias ocasiones han llamado los vecinos por vía telefónica a las autoridades policiales, de manera incógnita, para protegerse de posibles daños que le pueden causar esos delincuentes, pero no han recibido protección de Seguridad Pública, ni respuesta alguna.

Insistir, piensan, puede exponerlos a que la misma autoridad les ponga el dedo por denunciarlos, los acusen “de sapos” según el argot de la policía y delincuencia. Y les causen daños en sus personas.

La verdad, un triángulo de poder… con vértice de corrupción, impunidad ¡y miedo!

Con la Cuarta Transformación bien vale pensar: Codigo Civil Federal, Artículo 832.- Se declara de utilidad pública la adquisición que haga el Gobierno de terrenos apropiados, a fin de venderlos para la constitución del patrimonio de la familia o para que se construyan casas habitaciones que se alquilen a las familias pobres, mediante el pago de una renta módica.

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