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domingo, 19 de septiembre de 2010

LA INJUSTICIA A DESIGUALES


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TRANSPARENCIA
POLÍTICA
Por Erwin Macario* erwinmacario@hotmail.com

En matalote de Hacienda

Parece que la igualdad es lo justo y lo es,
pero no para todos sino sólo para los iguales;
y lo desigual parece que es justo, y ciertamente
lo es, pero sólo para los desiguales. Arístóteles/ Política

Dice Fernando Savater en su Diccionario filosófico que la cuestión entre el Más y el Menos “no se resuelve con una mera regla de cálculo. Es obvio que una cosa es la igualdad en el sentido de lo mismo, lo idéntico, y otra la igualdad en el sentido de lo justo”.
En eso andamos. Pero Felipe Calderón ha resultado en matalote, no en trotipaso. Equina definición para no ofender otras especies o meternos en los terrenos galácticos de Narón, en el definitorio cuento de Isaac Asimov
Además, para estar a tono: pari passu. Con igual paso. Un instrumento de crédito introducido en la atención de la seguridad social, de la justicia a quienes por injusticia o por azar les ha tocado la peor parte en el reparto.
Doble pena.
Por un lado la naturaleza les “peñaliza” (por aquello de Peñitas) el no poder vivir en las tierras altas, las mejores, sino a las orillas, cerca de los ríos y lagunas que, en Tabasco, son en gran parte modos de vida pero también de muerte o, al menos, de amenazas de muerte. De sufrimiento sí, en estos tiempos de lluvias y descargas de las presas del llamado Sistema Hidrológico del Alto Grijalva.
Por el otro se les castiga porque se les niega no tan sólo la reparación justa de los daños sino la atención que en caso de desastre se debe dar a los damnificados.
Con un trato que puede calificarse de discriminatorio, el presidente de la República aplica a la solidaridad la cláusula del pari passu al exigir que por cada peso que la federación invierta en apoyo a quienes sufren las inundaciones, el Gobierno del Estado aporte otro peso. Pari passu, que en latín, literalmente, significa “con igual paso” y a veces se traduce como “en igualdad de condiciones, al mismo nivel, con igual fuerza, en forma imparcial y sin preferencias”.
¿Igualdad con los desiguales? ¿Sólo cuando se trata de paliar sus desgracias? La justicia, decía Aristóteles no puede ser equiparada a la igualdad. No es igual un gobierno que ha tenido que enfrentar cuatro inundaciones y otras muchas plagas —aunque el término no le guste a muchos aduladores y serviles palaciegos y quinteros— a otro que pudiera, tal vez, ir al mismo paso del gasto federal.
De esto ya advirtió a tiempo el gobernador de Tabasco, Andrés Granier Melo. El 31 de octubre de 2008, demandó la exención del pago de “paripasos” para las obras de reconstrucción, en los estados y municipios que, como Tabasco, hayan padecido una catástrofe natural.
Ese año Tabasco sufría la segunda inundación. Esta vez vamos en la cuarta. Granier dijo, entonces, que “en una economía colapsada como la mexicana, junto a la mundial y con el problema que tiene Tabasco en dos años consecutivos es imposible que los municipios y el estado puedan poner las aportaciones que les corresponden por el tema de los “paripasos” si tenemos un desastre y está avalado por todas las instancias debemos estar exentos de ese pago”.
La propuesta Tabasco fue llevada un día antes, el jueves 30, ante los diputados federales para que lo bajaran al pleno del Congreso federal. Como ahora se expuso, hace unos días, ante la Comisión de Seguridad del Senado de la República, las razones de Tabasco.
“Si el Estado de México, el Distrito Federal y Nuevo León se oponen (al “paripaso”) porque lo ven oneroso, nosotros que hemos padecido situaciones catastróficas, de donde lo vamos a sacar”, alegó en defensa de esta entidad.
Por citar un dato mencionado esa vez: para la inversión del 2009 Tabasco tenía que aportar unos dos mil millones de pesos. Demasiado dinero para una economía colapsada ya por la Gran Inundación del 2007.
Un dicho mexicano reflejaba, antes, cuando un pueblo iba bien. “Vamos en caballo de hacienda”, se decía. Ahora se le obliga al mexicano, no al trote fino, no al trotipaso, sino al “paripaso”. En el mismo régimen subsidiado de la seguridad social muy poco pueden las entidades federativas apoyar a sus pueblos cuando un gobierno como el actual exige en las acciones de la salud pública, por ejemplo, el pago de “paripasos”, de aportaciones similares de los estados y los municipios.
Vamos en matalote, no en caballo de hacienda.
LADO CLARO
Alfonso Pérez Álvarez, presidente municipal de Macuspana, fue claro el sábado 18: a estas alturas de la administración, “ningún municipio de Tabasco tiene para pagar el porcentaje que se le solicita para tener acceso a los programas federales”, y respaldó la postura del gobernador Andrés Granier en el sentido de que es necesario cambiar las reglas de operación del Fonden para apoyar realmente a las entidades en contingencia.

jueves, 9 de septiembre de 2010

GRANIER NO AVALA CORRUPCIÓN


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TRANSPARENCIA
POLÍTICA
Por Erwin Macario* erwinmacario@hotmail.com
Foto Villasana/Proceso

La diferencia del 2007

Tenga la seguridad de que el gobierno
federal está y estará con Tabasco
siempre en las buenas y en estas
circunstancias que por desgracia
han puesto al estado en una gravísima
condición
. Felipe Calderón 311007

Avalar la protección que las obras inconclusas de la Conagua han brindado a Villahermosa, evitando que a estas horas estemos inundados, no exculpa, de ninguna manera, la corrupción con la que en esa dependencia federal actuó su anterior delegado en Tabasco, Omar Celín Komukay Puga.
Tampoco el incumplimiento de la palabra presidencial.
Se equivocan quienes piensan que las aguas sepultarán esa inmundicia o que las obras mal terminadas justificarán el ejercicio presupuestal ejercido en el más descarado contratismo, que diversos medios periodísticos de Tabasco han documentado.
Que el gobernador Andrés Granier Melo y el alcalde de Villahermosa, Jesús Alí de la Torre, hayan reconocido ante el presidente Felipe Calderón que la barda del malecón Carlos A. Madrazo y la costalera ha resistido hasta ahora el volumen de agua que ha llegado por el río Grijalva ni justifica que la obra hidráulica sea suficiente ni solapa la corrupción anterior así como tampoco el retraso con el que se ha actuado este año.
Ningún tabasqueño puede ser engañado. Ahí esta sin terminar la obra de las compuertas del Macayo, que debieron ejecutarse antes de la inundación del 2007 y que ha sido promesa del propio presidente.
Al gobernador se le acusa de todos los males que las aguas provocan o pueden provocar pero nadie como él ha mantenido permanente presión para que el gobierno federal cumpla y su presencia en los lugares con más problemas por esta contingencia —que todavía comienza— ha servido para mantener alerta a los tabasqueños así como las obras apresuradas que ha obligado realizar a la Conagua ha permito que al menos permanezca en esperanza la palabra empeñada del jefe de la Nación de que Villahermosa no se volvería a inundar.
Nada más que Felipe Calderón se ha pasado. No sólo no obliga a su gente a rescatar su palabra empeñada sino que en la pasada visita de cortesía, casi de turismo negro, que hizo a esta ciudad y a los puntos donde se han desviado las aguas del Carrizal y de los ríos que vienen de la Sierra, se ha hecho como que la Virgen le habla y no ha abierto su boca de comer siquiera para justificar el que no se ejerza el presupuesto aprobado para el plan hidráulico tabasqueño.
Un Felipe Calderón ajeno a la amenaza que se cierne sobre Tabasco estuvo antier, martes 7, en Villahermosa. Y si bien el alerta que han mantenido el gobernador, los diputados locales integrantes de la LX Legislatura y los presidentes municipales, entre la población tiende a aminorar los daños de las inundaciones que vienen, el Ejecutivo federal vino, vio y venció. Ya tiene defensa: las obras han funcionado. Asi lo tuiteó al mundo.
El 31 de octubre de 2007 fue diferente aunque las aguas no habían sepultado a Villahermosa. Esa vez, también en la comodidad del hangar del Gobierno, en el aeropuerto local, dijo: “Hoy la prioridad tiene que ser esa, auxiliar, sea a través de lanchas, sea a través de helicópteros como lo está haciendo el Ejército y la Marina a quienes todavía se encuentran atrapados en sus hogares.
Una segunda prioridad es evitar mayores desbordamientos de los grandes ríos que están cruzando los municipios y, particularmente, esta ciudad capital, concretamente el río Grijalva en el centro de la ciudad, para lo cual llamo verdaderamente a la solidaridad a todos los tabasqueños que estén en condiciones de ayudar con su esfuerzo y trabajo voluntario al encostalado de los muros de contención que puedan precisamente reducir el riesgo de desbordamiento de la parte que se preserva todavía de la ciudad de Villahermosa y que puede ser un respaldo logístico importantísimo para las labores de rescate y auxilio de la población en estos momentos”.
Hace tres años se retiró y Villahermosa se fue a pique.
Ahora, por suerte, no sucedió. Pero Tabasco está en estado de emergencia, aunque su gente, esta vez, está preparada para defenderse.
A Felipe Calderón se le han olvidado sus palabras de la víspera de la inundación de Villahermosa. A menos que ahora piense que todo esto es una obra teatral en la que no se necesita auxiliar a la población civil. Y que no hay “circunstancias naturales terriblemente adversas para el estado de Tabasco”.
LADO CLARO
En el Senado se expondrá hoy jueves la realidad que vive Tabasco por las aguas.