COBRAN A MORENA SU PREPOTENCIA
Tp201020 Inundación RUMBO NUEVO/VÉRTICE
TRANSPARENCIA
POLÍTICA
Erwin Macario
Las aguas revueltas
El mejor activo político
del PRI es tener un buen
gobierno. Dagoberto
Lara Sedas
191020
Si bien mucha agua del
descontento y el encono comienza a inundar las urnas contra Morena y amenaza poner
a pique las elecciones intermedias del 2021 y ahogar la sucesión para ese
partido en el 2024, en Tabasco quedarían islas morenistas.
Lo de Hidalgo y Coahuila,
donde el PRI arrolló a Morena y opacó lo del prometido futuro buen manejo de la
Presa Peñitas, es la prueba de que las boletas electorales no podrán ser la
daga o fusil que ya hemos mencionado, contra el partido gobernante y sus
agresiones, pero sí el agua que lave esas ofensas.
No se trata solamente del
regreso del PRI al poder político, que sería sólo alternancia como pasó después
de la docena panista, sino la prueba de que realmente Morena e incluso Andrés
Manuel López Obrador son aves de paso en la vida política de México, como
dijera el líder y dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, Alito.
Y es que la autollamada Cuarta
Transformación actúa fuera de tiempo, está desfasada en el quehacer de la
República; y se imaginan si en Hidalgo y Coahuila les dieron hasta con la
cubeta, que podrá suceder en el 21 en estados como Chihuahua donde la soberbia
del poder enfrentó a un pueblo que sólo demandaba agua para subsistir y no sólo
mostró los dientes de la represión sino la cobardía de asesinar por la espalda
a una ama de casa.
Así, en cada entidad
federativa se esconde el dolor y el resentimiento contra quienes en el
fingimiento de la honradez y honestidad por encima de la eficiencia han
fallado, mentido y robado al pueblo.
Ni en Tabasco se ve que pueda
Andrés Manuel López Obrador enderezar el cayuco, achicarlo después de esa
derrota de la 4T, que revitalizó a los priistas.
Dos voces, la del dirigente
estatal del PRI y la de uno de los más fuertes aspirantes a alcalde para el
2021, dejaron sentir en las redes el entusiasmo, la confianza que esas
victorias dan a los priistas del país y en especial a los de Tabasco ofendidos
con engaños por Morena y sus gobiernos ahora con las inundaciones.
Los triunfos del PRI en
Coahuila e Hidalgo, son resultado de la fortaleza, unidad y organización del PRI,
dijo Dagoberto Lara Sedas, en rueda de prensa ayer lunes y pidió se respete la decisión
ciudadana que fue contundente en esos dos estados a favor del partido tricolor.
Y reveló la clave de esos
triunfos, avalados por la tesis partidista de que el PRI sí sabe gobernar: “el
mejor activo político del PRI es tener un buen gobierno, como el de Miguel
Ángel Riquelme Solís, Coahuila, y Omar Fayad Meneses, Hidalgo, que supieron atender
con soluciones prontas, rápidas y eficaces la pandemia, la crisis económica y
resolver de tajo y de fondo el tema de seguridad”, restregó a Morena y sus
gobernantes el líder del PRI en Tabasco.
Por su parte el empresario huimanguillense Jorge Elías
Dagdug Iparrea presumió que con el resultado de las elecciones en Coahuila e
Hidalgo, “nos podemos dar cuenta del nuevo PRI, de un partido más organizado,
con mayor credibilidad para los mexicanos”.
El nuevo PRI, con Alejandro
Moreno Cárdenas al frente, inspira confianza a todos los priistas y
simpatizantes y lo demostraron hoy en las urnas —dijo el domingo Dagdug
Iparrea.
En sus redes sociales, Dagdug
Iparrea consideró que, sin lugar a dudas, el resultado obtenido en Coahuila e
Hidalgo este domingo “lo vamos a ver en las siguientes elecciones del 2021, ya
que con la dirigencia nacional de Moreno Cárdenas y el liderazgo de Dagoberto
Lara Sedas en Tabasco, los priistas estamos bien representados”.
En tiempos de inundaciones,
con río revuelto, los priistas fueron los pescadores que, en Hidalgo y Coahuila,
amargaron lo que pudo ser la más importante de las instrucciones de AMLO, poner
orden en la turbinación y desalojo de las aguas de las presas del Sistema
Hidrológico del Alto Grijalva, obra de los gobiernos del PRI para la producción
de electricidad y el control de las inundaciones en los municipios tabasqueños
del bajo Grijalva.
Poner el doloroso huevo no
sirvió. No supieron ni pudieron cacarear la medida. La derrota electoral los
sorprendió como sucede año con año en Tabasco que desalojan grandes caudales de
agua para que no se revienten las presas llenas por un manejo corrupto para beneficiar
a negociantes privados de la energía eléctrica.
De no ser por la derrota
política, AMLO hubiese aprovechado mejor lo de Peñitas, donde se puede acabar
con el mal manejo y la corrupción.
Lo hemos dicho en otros
tiempos, y sigue siendo válido. Era una noticia que enfrentaba “toda una
historia de olvidos, fallas y corrupciones que en unos 50 años convirtieron un
proyecto hidráulico contra las inundaciones en un factor que las desencadena;
una historia que puede acabar bien, a pesar de revivir viejos problemas como el
de zonas inundables en la Chontalpa y en el municipio de Centro”.
Sobre esas aguas sucias de sus
malos gobiernos tendrá que bogar AMLO. Quizá las aguas que laven sus ofensas en
las urnas dejen algunos municipios donde hay candidatos buenos. Islas del
naufragio que viene.
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