ORDEN AL TURBINAR
Tp191020 Inundación RUMBO NUEVO
TRANSPARENCIA
POLÍTICA
Erwin Macario
No nos ahogaremos
El riesgo sería catastrófico.
Sería la posible afectación
total de la Presa de Peñitas
y la descarga de toda esa agua,
a Villahermosa. Alfredo
Elías Ayub
Hoy lunes 19, al cumplirse 63
años del “Acuerdo que establece el Distrito de Riego, Drenaje y Control
de Inundaciones del Bajo Río Grijalva, en el Estado de Tabasco, los tabasqueños
amanecemos con la promesa de que no nos ahogaremos.
Esa es la noticia, en síntesis,
alegre. Nunca más habrá la amenaza de que la Presa Peñitas se rompa por la
presión del agua contenida y ese caudal ahogue a los tabasqueños que vivimos en
esta planicie ríos debajo de ese sistema de presas del llamado Alto Grijalva.
Al acordarse un manejo
adecuado de Peñitas, que recibe el caudal de las otras tres del Complejo
Hidroeléctrico Grijalva, “que sólo puede regular el 25% de los
escurrimientos que inciden en la planicie tabasqueña”, según dije antier en
redes, no sólo se evitarán las inundaciones y encharcamientos en los municipios
de la Chontalpa y Centro, así como la propia capital, sino que se quita el
peligro de una ruptura en Peñitas que haría desaparecer gran parte de Tabasco.
El tema aguanta. Pero en esta
entrega iremos un poco al recuerdo:
El miércoles 31 de octubre de
2007, el presidente Felipe Calderón, en
una de la decena de reuniones que encabezó en Villahermosa durante las
inundaciones de ese año, ante la petición de que se dejara de extraer agua de
Peñitas, provocó la respuesta no deseada, el peligro de que el sistema
hidrológico sea una catástrofe para Tabasco. Así lo escribimos para la
historia:
—Señor director ¿cuál sería
el riesgo en el caso de que se cerrará totalmente la Presa de Peñitas? —
preguntó el mandatario al responsable de la Comisión Federal de Electricidad
(CFE), que por esas cosas de la política y la técnica es la que tiene a su
cargo el manejo de las presas.
—El riesgo sería
catastrófico, señor presidente, sería la posible afectación total de la Presa
de Peñitas y la descarga de toda esa cantidad de agua, 330 millones de metros
cúbicos a la ciudad de Villahermosa. De tal suerte que por ningún motivo, y
bajo ninguna circunstancia, se está tomando ese riesgo y la presa opera bajo
completas condiciones de seguridad y bajo ningún motivo estamos arriesgando esa
posibilidad —respondió Alfredo Elías Ayub, ese miércoles 31 de octubre.
A ese peligro nos exponían año
con año los irresponsables a cargo del manejo de las presas del Alto Grijalva.
A que por almacenar agua todo el año, al dejar de turbinar, tuvieran que
desalojar grandes caudales en tiempos de lluvia, inundando la planicie y, como
ese año, hasta Villahermosa que se fue a pique dos metros.
Como es tema para la semana,
sigamos con esto que ya es borrador para la historia:
El presidente Calderón
insistió: “Es decir, para ser claros, ¿si se cerrara totalmente el vertedor
de la presa habría el riesgo de que reventara la presa, o algo así?
—Si se cerrara totalmente
el vertedor de la presa habría el riesgo de que se desbordara por arriba la
presa, se empezará a llevar la presa y entonces sí pudiera llevársela
totalmente —paniqueó Elías Ayub.
Peñitas siguió soltando agua;
dos mil metros cúbicos por segundo. Como corolario de la preocupación
presidencial se inundó Villahermosa.
Cinco días después de su tesis
aterrorizante, Dios le llevó las contras a Elías Ayub: la montaña se desgajó en
Juan de Grijalva, municipio de Ostuacán, Chiapas y cegó —con unos 800 metros de
ribera a ribera y unos 500 metros de ancho— el curso del alto Grijalva hacia
Peñitas, que suspendió el desalojo de agua hasta que se abrió un canal, muchos
días después, a mediados de diciembre, para dar paso a las aguas represadas
entre el tapón y Mal Paso.
La abertura realizada en el
tapón fue insuficiente. A principio de febrero (de 2008) se empezaron los
trabajos para ampliarla, lo que requirió que nuevamente se cerrara Malpaso, la
presa inmediata a Peñitas, abastecida por Angostura y Chicoasén.
Ahora, si no engañan al
presidente Andrés Manuel López Obrador y no se vuelven a burlar de Tabasco, éste ya no será el peligro pues se turbinará todo el año, principalmente en
tiempo de estío, dentro del nuevo modelo de manejo del Sistema Hidrológico del
Alto Grijalva denominado “Caudal Ecológico y de Protección Civil”, que
permitirá terminar con las constantes inundaciones que sufre la planicie de
Tabasco por el indebido desfogue de la hidroeléctrica, sobre todo durante la
temporada de lluvias.
Una buena noticia que iremos
desglosando. Bueno, cuando hoy es aniversario del ese acuerdo que en 1957, antes
que existieran las presas hidroléctricas, se tomó para controlar las
inundaciones del bajo río Grijalva.
Ayer domingo, en Peñitas,
Andrés Manuel López Obrador aseguró que con el nuevo modelo se resolverá en
definitiva el problema de las inundaciones en la planicie del estado, porque la
turbinación de las presas se aplicará en forma permanente y no sólo cuando se
necesite más energía.
Que así sea.
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