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TRANSPARENCIA
POLÍTICA
Por Erwin Macario
El costado político
El periodista, rápido en la observación y, quizá, descartando
TRANSPARENCIA
POLÍTICA
Por Erwin Macario
El costado político
El periodista, rápido en la observación y, quizá, descartando
que la opinión a emitircontará con la aceptación de su par,
suelta unas palabras claramente críticas para el diplomático
chileno: “Pero Neruda... tiene ese costado político que echa a
perder su poesía...”. A lo que Borges, reacomodándose en el
sillón y colocando la cara en dirección al periodista, y muy en
lo suyo, maestro en descolocar defensas, luego de haber
denostado al Quiroga narrador y de haber calificado a Lorca
de “andaluz profesional”, como si le molestara lo que habría de decir,
respondió: “Bueno, usted sabe..., yo creo... que..., quizás ese costado
político sea lo mejor de su poesía...” Enrique Medina/ Pagina 12.com. ar
El lunes 28 de junio la sorpresa, agradable —compartida con la rectora de la UJAT, Toño Calcáneo y Pepe Rodríguez—, no dejó tiempo para el agradecimiento inmediato. En mis manos habían depositado otro reconocimiento de pares: el Premio Rumbo Nuevo, en su primera edición.
Candita Victoria Gil Jiménez, la rectora de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco —la primera mujer con ese encargo académico—, había recibido de manos del gobernador Andrés Granier, invitado especial, y de Jorge Alberto Javier Quero, director del Diario Rumbo Nuevo, el Premio Internacional de Comunicación y Humanidades Francisco J. Santamaría, también en su primera edición.
A José Antonio Calcáneo, director del vespertino Diario de la Tarde, el Premio Rumbo Nuevo 2010 le fue entregado por su esfuerzo empresarial dentro del periodismo, avis raris en estas empresas donde los directores y dueños, en su gran mayoría, no son periodistas.
A José Rodríguez Castro, director del semanario La Palabra, el primer galardón que entrega un diario tabasqueño le fue dado por la serie de entrevistas sobre periodismo que ese medio informativo ha realizado.
Este reportero por siempre, columnista actual de El Heraldo, cronista de Diario de la Tarde —que hace más de 42 años vio que el plomo y la tinta convertían las palabras en memoria, en testimonio—, por esa persistencia, casi terquedad, por ser ayudante de la historia en un oficio que muchos toman como trampolín para saltar a otras actividades.
Aparte de la importancia de un reconocimiento del decano de los diarios tabasqueños y del hecho que es la primera vez que un medio informativo reconoce a colegas de otros periódicos, el evento reviste trascendencia como un acto de unidad y de respeto. No otra cosa significó ahí la presencia de autoridades estatales y gente de la cultura en Tabasco, entre ella la cronista de Villahermosa, Gaba Gutiérrez Lomasto.
Importancia y trascendencia que se enmarca en un homenaje a periodistas pero también a hombres de letras que dieron la fuerza de la palabra al periodismo en ese matutino, Rumbo Nuevo, con casi 70 años de existencia, pues fueron develados los bustos de Francisco J. Santamaría, José Gorostiza, Ramón Galguera Noverola, Francisco Gutiérrez Lomasto y de la periodista de radio y prensa escrita, Deyanira Malpica de Villegas, cuyas semblanzas hizo la cronista de la ciudad.
En lo personal el premio Rumbo Nuevo es un galardón honroso. Un reconocimiento a quien ha sido testigo de la historia de casi medio siglo y ha conocido a tres generaciones de periodistas y creadores de la palabra. Allí, en Rumbo Nuevo está parte de esa historia, memoria y testimonio de esos hombres y mujeres que desde la mitad del siglo pasado dieron al plomo y a la tinta cotidiana la fuerza de la palabra.
Pero también en otros medios ha quedado el esfuerzo de quienes han escrito y se nos han adelantado en el retorno al infinito. Vieja generación a la que sobreviven muy pocos en Villahermosa y algunos municipios. Generación intermedia la que tiene en sus manos, principalmente, la comunicación en los medios escritos y la nueva generación tonsurada en las universidades y con el toga virile de los adelantos tecnológicos, que es la presencia actual en el periodismo.
Una plaza como la que creó Rumbo Nuevo frente a sus instalaciones, con rotonda para escritores y periodistas, que tienen “ese costado político”; donde se han burilado los nombres de las asociaciones actuales del periodismo tabasqueño, los nombres de periodistas, y se han colocado ya bustos de estos, es un santuario a la libertad donde se honra la palabra de fuego del poeta y el periodista. Un homenaje en ese espacio y con la asistencia que hubo, es un alto honor.
LADO CLARO
Una oración elevó ayer sábado mi hijo Erwin Rommel en su cumpleaños: la del trabajo. Laborare est orare. Su fiesta fue ejercer su profesión de médico. Felicidades.
El lunes 28 de junio la sorpresa, agradable —compartida con la rectora de la UJAT, Toño Calcáneo y Pepe Rodríguez—, no dejó tiempo para el agradecimiento inmediato. En mis manos habían depositado otro reconocimiento de pares: el Premio Rumbo Nuevo, en su primera edición.
Candita Victoria Gil Jiménez, la rectora de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco —la primera mujer con ese encargo académico—, había recibido de manos del gobernador Andrés Granier, invitado especial, y de Jorge Alberto Javier Quero, director del Diario Rumbo Nuevo, el Premio Internacional de Comunicación y Humanidades Francisco J. Santamaría, también en su primera edición.
A José Antonio Calcáneo, director del vespertino Diario de la Tarde, el Premio Rumbo Nuevo 2010 le fue entregado por su esfuerzo empresarial dentro del periodismo, avis raris en estas empresas donde los directores y dueños, en su gran mayoría, no son periodistas.
A José Rodríguez Castro, director del semanario La Palabra, el primer galardón que entrega un diario tabasqueño le fue dado por la serie de entrevistas sobre periodismo que ese medio informativo ha realizado.
Este reportero por siempre, columnista actual de El Heraldo, cronista de Diario de la Tarde —que hace más de 42 años vio que el plomo y la tinta convertían las palabras en memoria, en testimonio—, por esa persistencia, casi terquedad, por ser ayudante de la historia en un oficio que muchos toman como trampolín para saltar a otras actividades.
Aparte de la importancia de un reconocimiento del decano de los diarios tabasqueños y del hecho que es la primera vez que un medio informativo reconoce a colegas de otros periódicos, el evento reviste trascendencia como un acto de unidad y de respeto. No otra cosa significó ahí la presencia de autoridades estatales y gente de la cultura en Tabasco, entre ella la cronista de Villahermosa, Gaba Gutiérrez Lomasto.
Importancia y trascendencia que se enmarca en un homenaje a periodistas pero también a hombres de letras que dieron la fuerza de la palabra al periodismo en ese matutino, Rumbo Nuevo, con casi 70 años de existencia, pues fueron develados los bustos de Francisco J. Santamaría, José Gorostiza, Ramón Galguera Noverola, Francisco Gutiérrez Lomasto y de la periodista de radio y prensa escrita, Deyanira Malpica de Villegas, cuyas semblanzas hizo la cronista de la ciudad.
En lo personal el premio Rumbo Nuevo es un galardón honroso. Un reconocimiento a quien ha sido testigo de la historia de casi medio siglo y ha conocido a tres generaciones de periodistas y creadores de la palabra. Allí, en Rumbo Nuevo está parte de esa historia, memoria y testimonio de esos hombres y mujeres que desde la mitad del siglo pasado dieron al plomo y a la tinta cotidiana la fuerza de la palabra.
Pero también en otros medios ha quedado el esfuerzo de quienes han escrito y se nos han adelantado en el retorno al infinito. Vieja generación a la que sobreviven muy pocos en Villahermosa y algunos municipios. Generación intermedia la que tiene en sus manos, principalmente, la comunicación en los medios escritos y la nueva generación tonsurada en las universidades y con el toga virile de los adelantos tecnológicos, que es la presencia actual en el periodismo.
Una plaza como la que creó Rumbo Nuevo frente a sus instalaciones, con rotonda para escritores y periodistas, que tienen “ese costado político”; donde se han burilado los nombres de las asociaciones actuales del periodismo tabasqueño, los nombres de periodistas, y se han colocado ya bustos de estos, es un santuario a la libertad donde se honra la palabra de fuego del poeta y el periodista. Un homenaje en ese espacio y con la asistencia que hubo, es un alto honor.
LADO CLARO
Una oración elevó ayer sábado mi hijo Erwin Rommel en su cumpleaños: la del trabajo. Laborare est orare. Su fiesta fue ejercer su profesión de médico. Felicidades.
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