martes, 15 de abril de 2008

POLÍTICA MATA PROYECTOS

Crónica130408INUNDACIONrovirosa

Viejos proyectos hidráulicos
frenados amenazan Tabasco
*El Canal Samaria-Golfo, es uno
*Derivar aguas al Uxpanapa, el otro
*Leandro Rovirosa insiste en ello

Por Erwin Macario

Don Leandro nos refrescó ayer la memoria colectiva que en los políticos, a veces, padece Alzheimer.
Fue en la Mesa 42, esa que los domingos preside, en el restaurante del Camino Real , Francisco Peralta y a la que asisten políticos, economistas, escritores y periodistas. De todos los colores y sabores. Un espacio democrático en el que conviven –y opinan– desde un modesto reportero hasta un alto funcionario.
Esta vez el invitado de honor fue Leandro Rovirosa Wade, gobernador de Tabasco en el sexenio 1977–1982. Quien le acompaña al sitio de la reunión es Pedro Javier Reséndez Medina, que fue su oficial mayor en los seis años de su gobierno (LRW es el último mandatario que concluyó sus seis años); Reséndez había ocupado, antes, cuatro años ese cargo, con Mario Trujilllo y desde la dirigencia estatal del PRI había coordinado las campañas de José López Portillo, a la Presidencia de la República, y Leandro Rovirosa a la gubernatura. Y la de los senadores Carlos Pellicer y David Gustavo Gutiérrez Ruiz, historias ya contadas por este cronista.
El cariño y el respeto que Don Leandro supo ganarse en su gobierno se sintieron en una mesa repleta, donde los recuerdos afloraron y abundaron las anécdotas. Rovirosa Wade, destapador de presidenciables, evocó cuando en una recepción oficial con el ahora presidente de Cuba, Raúl Castro, José López Portillo, entonces “destapado” aspirante a la candidatura presidencial presentó a nuestro paisano secretario de Agricultura y Recursos Hidráulicos diciendo: te presento al destapador de presidentes. –Yo le presento a mi corcholata favorita –respondió Rovirosa.
“Macario me destapó”, contaría también LRW refiriéndose a la ocasión en que en un viaje que hizo como titular de la SARH, al sureste, le entrevisté en el viejo aeropuerto de Villahermosa y le pregunté si era cierto que no sería candidato a gobernador porque a su esposa, doña Celia González, no le gustaba el calor.
–Es más provinciana, que yo –me dijo entonces. “Me dio las ocho columnas”, recuerda ahora Rovirosa. Doña Celia es una tabasqueña nacida en Michoacán, reza el Muro de Honor en el Palacio Municipal de Villahermosa.
Otra anécdota: en un viaje a Japón la traductora se pasó. A uno de los funcionarios mexicanos lo presentó como “Torres ¡Menso!”. Al tabasqueño profesional en ingeniería hidráulica (no hídrica, por favor) como Rovirosa ¡Guey!
Pero tener como invitado al experto mundial en hidráulica no iba a ser desaprovechado por los periodistas de la mesa. Nuestro director José del Carmen Chablé, el corresponsal de Reforma, Carlos Marí y José Luis Cortés Moreno, rodean a Rovirosa Wade y lo entrevistan. Yo, como algunos nuevos periodistas, sólo meto la grabadora. Fui ya uno de los periodistas amigos del entonces gobernador. Lo evoco y callo.
“Yo creo que Tabasco, que es un territorio fácilmente inundable, necesita dos planes, uno inmediato y otro a mediano y largo plazo; el inmediato debe ser corregir inmediatamente todas las defensas que tiene Tabasco para evitar inundaciones. Drenar ríos, mejorar bordos, construir nuevos bordos”, dice el técnico, voz autorizada.
–Ingeniero, durante su gobierno se creó una polémica con el Canal Samaria Golfo de México; en la retrospectiva ¿usted cree que hizo bien en la visión que tomó respecto a este proyecto?
La pregunta lo lleva a, sin quererlo, dar le lección y poner la tarea: “Hay dos proyectos que son indispensables para Tabasco. Uno de ellos es el Samaria al mar. Ese proyecto tuvo un problema muy serio de oposición porque se consideraba que un canal de ese tipo iba a succionar, a chupar digamos, todo el sistema lagunario de Tabasco, transformando la ecología. Y la verdad de las cosas es que eso puede suceder pero es fácilmente recuperable por el inundamiento de las lluvias.
“El otro proyecto es: en el vaso de la presa de Malpaso, que es la presa que tiene el vaso más grande, hay una boquilla natural en la que se puede quitar el agua de exceso que llegue a Malpaso y derivarse a la cuenca del Uxpanapa” Y de ahí por el Coatzacoalcos, al Golfo.
Pero también habla con valor, como lo hizo en su Gobierno cuando logró que dinero de Petróleos Mexicanos se sembrara en Tabasco: “Son proyecto que hay que hacerlos y ahí están parados”.
Lo del Canal al mar fue una pelea retrasada, que alguien debe retomar. El tiempo y las inundaciones de 1999 y 2007 dieron la razón histórica y técnica a Leandro Rovriosa. Casi 30 años después Don Leandro insiste.
El periodista recoge de la hemeroteca parte de lo que ha escrito, del pie de la historia de la Gran Inundación:
Los enemigos de Tabasco tienen muchos disfraces, se mimetizan. Ayer fueron los predicadores del no hacer, los que calificaron “obra faraónica” el proyecto de Leandro Rovirosa, que evitaría inundaciones como la de este año. Hoy son los esparcidores de rumores, los catastrofistas de café y hasta falsificadores de boletines que buscan causar pánico, dañar; no al gobernador Granier, únicamente, sino a los tabasqueños.
Rovirosa Wade nos lleva a la retrospectiva que con el título “2007, una catástrofe profetizada” es parte ya de la historia revisable:
Esto de las inundaciones tiene su historia. La memoria no debe fallarnos, como a las aguas no se le olvidan sus territorios. Ya en 1955, cuando era secretario de Agricultura y Recursos Hidráulicos don Eduardo Chávez , el subsecretario de Recursos Hidráulicos, Luis Echegaray Bablot, dijo: “Desgraciadamente es frecuente observar que los problemas de ingeniería esencialmente básicos para el desarrollo de un país tienden a resolverse bajo el calor de pasiones políticas o de los intereses particulares, mientras a los técnicos especializados en la materia se les deja en segundo término y se les desperdicia atendiendo problemas baladíes”.Esa condición ha frenado muchas acciones en Tabasco. Las obras contra las inundaciones, entre ellas.Hace 27 años, este columnista dejó constancia del proyecto propuesto por el entonces gobernador Leandro Rovirosa Wade, lo defendió y de ello queda prueba en los ejemplares de la hemeroteca que hayan sobrevivido a la inundación de la Biblioteca José María Pino Suárez y la José Martí, estos días del 2007. Parte de esa defensa periodística por Tabasco está rescatada, también, en la obra “Testimonio para la Historia. El Canal Samaria–Golfo de México. Un debate sobre el desarrollo de Tabasco”, editada por el Colegio Nacional de Economistas y Economistas Tabasqueños A.C., última organización que presidía esos años Andrés González García y en la que estaba, en la Comisión de Hacienda y Administración, mi paisano tenosiquense Gustavo Jasso Gutiérrez y en el Consejo Consultivo aparecía Arturo Núñez Jiménez, actual senador perredista, por mencionar a dos de los personajes que siguen en la escena pública. Gustavo es el oficial mayor del gobierno de Granier.
En la mesa, entre amigos, con el respeto que un ex gobernante como Rovirosa tiene en todo Tabasco, sus palabras obligan a releer lo escrito:
Del proyecto que ya se hablaba desde el gobierno de Carlos A. Madrazo Becerra y se conocías como el Canal Samaria–Mecoacán, que se había frenado seis años antes para no dañar áreas agrícolas, Rovirosa y los técnicos nacionales y extranjeros presentaron hace 27 años la propuesta de lo que se llamó El canal Samaria–Golfo de México, obra que hubiese evitado inundaciones como las de 1999 y 2007.Nueve años hacía en ese tiempo, en 1980, que la propuesta inicial de las obras se había enriquecido con estudios muy completos que incluso fueron la causa que se congelara –como ya dije– para no afectar plantaciones de la Chontalpa.La obra no sólo protegería entonces el naciente Plan Chontalpa y rescataría de crónicas inundaciones a una gran extensión de Tabasco, sino que hubiera evitado lo que hoy es el peor desastre de Tabasco, la inundación de noviembre del 2007. Aunque los del no hacer de ayer y los catastrofistas del hoy nos digan que el hubiera no existe.Las lecciones de la naturaleza no fueron entonces, ni lo son ahora, bien aprendidas. Tal vez tampoco se escuche a Leandro Rovirosa, que desde el gabinete de Echeverría luchó a favor de Tabasco. Ahora nuestros políticos en el altiplano están más enfrascados en sus peleas personales que en apoyar el desarrollo de Tabasco.
Tiene mucha razón Don Leandro (así con mayúscula el Don, aunque a muchos no les agrade) cuando en respuesta a una pregunta de los periodistas responde: Creo que no son políticos naturales desgraciadamente. Cuando tiene uno el sartén por el mango es posible ayudar al Estado y lo hace como lo hice yo.

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