jueves, 8 de mayo de 2008

LAS CUENTAS DEL DESASTRE

SHISHITO080508

La peor catástrofe de Tabasco,
un impulso para transformar
* Más de 31 mil 871 millones de pesos en daños y pérdidas
*“No nos hemos quedado en las lamentaciones”: Granier
* “Referencia para construcción de un nuevo Tabasco”:Mayans

Por Erwin Macario

Andrés Granier fue claro ante quienes dudan que Tabasco está en pié después de la inundación de 2007, la peor catástrofe del siglo pasado en esta entidad y una de las 20 más costosas en el mundo (más de 31 mil 871 millones de pesos que en daños y pèrdidas): “no nos hemos quedado en las lamentaciones” ni se ha perdido el espíritu de lucha del pueblo tabasqueño ni de su gobierno en el sentido de trabajar para transformar.
El gobernador fue el último orador en la presentación del informe sobre el impacto socioeconómico de la inundación en la entidad, elaborado por especialistas de la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL) de la ONU y el Centro Nacional para la Prevención de Desastres (Cenapred) del gobierno de México, evento que se celebró el miércoles 7 en el Centro Internacional de Vinculación y Enseñanza de la UJAT, en esta ciudad de Villahermosa.
Aseguró el mandatario que el "Plan Hídrico Integral", logrado tras 30 años de espera, fortalecerá el proceso de reconstrucción estatal y fijará la base del nuevo Tabasco que todos queremos.
Granier Melo explicó ante investigadores y académicos universitarios; representantes de los sectores productivos tabasqueños y de la política estatal, así como funcionarios de la CEPAL y el Cenapred y otros invitados especializados en el tema de los desastres naturales, que el resultado del informe servirá para generar las políticas públicas que definirán las obras, proyectos y acciones del Programa de Reconstrucción y Reactivación para Transformar Tabasco.
En el evento estaban, además de los oradores: la coordinadora General de Protección Civil de la Secretaría de Gobernación (Segob), Laura Gurza Jaidar; el consultor de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Eduardo Menocal; el director de Cenapred, Roberto Quaas Weppen; el secretario de Planeación, Gustavo Jasso Gutiérrez, y el presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado, José del Carmen Escayola Camacho; Remedios Rodríguez Peña de Janeiro, presidenta del Consejo Ciudadano para la Reconstrucción de Tabasco, y la rectora de la UJAT, Candita Victoria Gil Jiménez, entre otros funcionarios estatales, federales y municipales.
Anunció el químico Granier en los próximos días presentará Programa de Reconstrucción y Reactivación para Transformar Tabasco, con el que se terminará la incertidumbre y se fijarán bases sólidas para el desarrollo tabasqueño.
“Este programa es un compromiso de quienes apostamos a la seguridad de las personas y su patrimonio, a la generación de empleos, a la infraestructura social y productiva, a la reactivación del campo, y sobre todo, a la justicia social”, puntualizó el jefe del Ejecutivo estatal.
Manifestó Granier que manifestó que lo que queda ahora es trabajar para aprovechar de manera eficiente los recursos hídricos, para lo cual ya se dio el primer paso con la firma del Plan Integral de la materia, una demanda que los tabasqueños estuvieron reclamando durante más de tres décadas.
Humberto Mayans Canabal, secretario de Gobierno, fue el primer orador del evento e hizo una exposición de motivos y al valorar el estudio de la CEPAL y el Cenapred agregó que servirá como una referencia para mejorar la toma de decisiones y diseñar programas más eficaces para el desarrollo económico y social del estado.
El estudio, dijo Mayans, no sólo ha dimensionado los daños, su valor económico y la repercusión social de las inundaciones sino que amplió la visión sobre el tamaño del reto que Tabasco tiene enfrente para resolver los problemas derivados de la contingencia.
Las valiosas recomendaciones del documento presentado, advirtió, debemos seguirla gobierno y sociedad puntualmente, para evitar que nos vuelva ocurrir algo semejante: “que no nos sirva para lamentarnos, sino como referencia hacia la construcción de un nuevo Tabasco”.
Explico el secretario de Gobierno, en relación al estudio CEPAL–Cenapred, que ante la magnitud de las inundaciones del año pasado el Gobierno del Estado se dio cuenta que era indispensable evaluar con toda precisión e imparcialidad no sólo lo ocurrido sino sus efectos en lo inmediato y mediano plazo, pues la toma de decisiones depende en gran medida de un diagnóstico integral preciso y sin sesgos de ningún tipo.
Del informe, presentado por el jefe de Misión en Materia de Desastres, de la CEPAL, Ricardo Zapata-Martí, puede deducirse que los 31 mil 871 millones de pesos en daños y pérdidas por inundaciones de 2007, equivalen al 30% del PIB de Tabasco; casi a los que ocasionaron Stan y Wilma en 7 estados del Sur-Sureste.
Otra forma de apreciar este desastre sería comparar que sólo los sismos del DF en 1985 y los efectos de Wilma y Stan en siete estados, en 2005, superan la catástrofe provocada por las inundaciones de Tabasco en 2007.
Otro indicador del estudio CEPAL: Anualmente se registran en México 143 muertes directas por desastres naturales; en Tabasco no se presentaron muertes asociadas directamente a las inundaciones de 2007.
CEPAL y Cenapred, en relación al costo de las inundaciones coinciden en que no hay memoria en México de un desastre que haya comprometido una porción tan grande de la economía local.
De los 31 mil 871 millones de pesos en que se estima el costo de las inundaciones, 56% corresponde a daños y 44% a pérdidas; 8 mil 912 millones de pesos en daños y pérdidas sufrió el campo: 28% del total de afectaciones; en comercio y servicios,10 mil 546 millones de pesos de daños y pérdidas: 33% del total; en el sector vivienda, 2 mil 546 millones de pesos; las afectaciones a la infraestructura, por 5 mil 681 millones de pesos, representan el 18% de los daños y pérdidas; para la atención de la emergencia por inundaciones se destinaron 547 millones de pesos.
Otros aspectos relevantes del informe del organismo de la ONU y el Cenapred son: La tragedia vivida por los tabasqueños está ubicada como una de las 20 más costosas de todo el mundo, en términos económicos.
La destrucción total o parcial del acervo natural, productivo social y de infraestructura, están calculadas en 17 mil 803.46 millones de pesos.
Las pérdidas por la parálisis de las actividades empresariales, costos de previsión de bienes y servicios, y gastos emergentes, están estimadas en 14 mil 67.80 millones de pesos.
La inundación registrada a finales de octubre y principios de noviembre es la peor catástrofe en los últimos cien años de la historia estatal.
La “respuesta oportuna y adecuada” del gobierno estatal evitó la pérdida de vidas humanas, garantizó la gobernabilidad y permitió reactivar en corto plazo la economía estatal.
En el evento también fue oradora Laura Gurza Jaidar, coordinadora general de Protección Civil de la Secretaría de Gobernación (Segob), quien afirmó que el documento dado a conocer por la CEPAL amplía la visión de la inundación ocurrida en Tabasco y ofrece elementos para perfeccionar los planes de protección civil y modificar la forma en cómo percibimos los riesgos.
apuntó que la experiencia de cada temporada de lluvias y de ciclones tropicales propicia una revisión exhaustiva de las políticas de atención de situaciones críticas y abre el camino para acordar mejores planes colectivos y compartir la responsabilidad de brindar seguridad a la población ante los embates de la naturaleza.
Planteó la necesidad de trabajar en el manejo integral del riesgo de desastres, atendiendo cada día más la actividad hidrometeorológica que se registra en nuestro país, las variables ambientales y la forma en que la sociedad puede contribuir a su propia seguridad.
Destacó la oportuna respuesta de las autoridades federales y estatales ante la emergencia provocada por la creciente de finales de octubre y principios de noviembre, lo cual, aseveró, evitó la pérdida de vidas humanas y brotes epidemiológicos, primeramente, y luego, garantizó la atención de las necesidades básicas de la población damnificada.
Esto es un ejemplo a seguir, observó,al puntualizar que recientemente, el ciclón que devastó a Birmania el fin de semana, cobró la vida de 22 mil personas, mientras que otros 42 mil ciudadanos se encuentran desaparecidos. De ahí la importancia de reflexionar en torno a lo sucedido en Tabasco y aprender de su experiencia.

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