jueves, 8 de mayo de 2008

QUE 20 AÑOS NO ES NADA

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TRANSPARENCIA
POLÍTICA

Por Erwin Macario

Los veinte años de Shishito
¡Qué escándalo!, dijo Frijolón
Pepe Zurita/ Zangoloteo político120588

Con Francisco Gómez, Isidoro Pedrero Totosaus, Guillermo Hubner, Samuel Soto Giles, Alberto Pérez Mendoza, José Manuel Zurita Oropeza, Juan José Zúñiga Torres, Eraclio Méndez Burgos, Bartolo Méndez Jiménez, Carlos Sáyago, J. Joaquín y Miguel Pérez Morales caminamos el siglo pasado, hace veinte años, las tierras del periodismo jocoso.
Pancho Gómez salió ganando: se quedó con el periódico, que además fue su idea, y con el apodo que desde entonces lleva: Pancho Shishito. A los demás nos dispersó el oficio. A Toto lo perdimos un día de la Guadalupe, hace tres años. A Pérez Mendoza nos lo llevó el PRD; a Eraclio el periodismo científico y a Sáyago el oficialismo de prensa.
Tal vez ahora, los sobrevivientes, nos juntemos a la mesa de Pancho Gómez y quizás hasta hagamos un ejercicio evaluatorio y de nuevo surjan los proyectos para volver a las andadas y gozar de ese sueño editorial de tener un diario jocoserio para lo cual se decía pronto tendríamos una imprenta de cuatro cabezas.
No sé quien podría ahora presidir el CEPES, que entonces era el Consejo Editorial del Periódico El Shishito o si tendría otro nombre ese cuerpo de mentes lúcidas y apasionada entrega en este oficio.
En realidad Tabasco necesita un descanso informativo ante tanto periódico que ha nacido desde entonces. Un medio donde nos podamos reír de la seriedad de la política, como entonces lo hacíamos en columnas como Buchaíto, Posol Agrio, Jícara Picara, el Tulish Destolinchao, entre otras.
Y es que da risa ver como la parsimonia de algunos actores de la grilla choca se pierde en los eventos. Un ejemplo: se toma protesta al consejo responsable de los actos por el bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución y nos atosigan –y en ellos hasta al propio gobernador Andrés Granier– con más de cuatro discursos.
Por suerte el calor no fue tan grande porque si bien se les ocurrió hacer el acto cívico–político casi a la intemperie, ¡a mediodía! en el patio del Instituto Juárez, se alquilaron unos aparatotes (ocho, de un caballo cada uno) para estar reciclando el aire ambiental.
Y bien podría esto también haber beneficiado a Granier, como al público asistente, si no fuera porque guaruras y edecanes acostumbran ponerse a refrescar frente a esos purificadores, impidiendo el paso del aire hacia il governatore,
Encargados de este servicio, que cuesta un mil 500 pesos por aparato, dijeron que ya están cansados de decirle a los guarus y las edes que le dejen libre el aire a Granier, pero ¡es tanto el calor! Lo bueno es que, al menos las edecanes, usan buenos perjúmenes.
Digno de prensa jocosa fue, también, que se repartieran diplomas adelantados a los integrantes de ese consejo que trabajará desde ahora hacia el 2010, aunque algunos ya no estén para esas fechas, como el flamantísimo y nunca bien ponderado secretario del Ayuntamiento evaristiano, Humberto de los Santos, que tal vez por eso a la hora de rendir protesta no levantó la mano, lo que no es raro en él: un insolente y grosero político que dispara contra el gobernador sólo para que Evaristo piense que siempre le será leal y para ver si es suerte y le deja la Presidencia Municipal, como si el actual edil pudiera heredarlo.
Por lo pronto ya quiere que corran de Tabasco a Gina Trujillo.
En que piensas cabecita loca. Por cierto ya ando buscando los datos de aquel que dejaron ciego entre Evaristo y Beto (como le dice Jaime Lastra), que siempre han sido violentos. Los tres.
Por favor pase a ocupar un lugar –dijo uno de los guaruras a uno de los invitados, que con la mirada buscaba una silla vacía.
Por la forma de pedir se dio la respuesta: –Ya ocupo un lugar en el espacio… según aprendí en las clases de física ningún otro cuerpo puede ocupar ese sitio.
Esto sería parte de una crónica para un periódico como el que hace 20 años surgió entre el humo del cigarro y el aroma etílico del negocio disfrazado de restaurante que tenía Gustavo Falcón, el Shalimar, donde por cierto se parió también aquella columna “La costra nostra”, escrita con el seudónimo Il Padrone.
En fin, Panchito, 20 años no es nada, aunque ya muchos pelos se han caido desde entonces; y nos veremos en la mesa, aunque ya muchos no oficiemos como entonces. Pero con agua brindaremos. Que veamos aunque sea otros diez años para completar 30 años, las las tres X… lager.

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