martes, 7 de septiembre de 2010

NO QUIEREN SALIR DEL AGUA


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TRANSPARENCIA
POLÍTICA
Por Erwin Macario* erwinmacario@hotmail.com

Resistencia al éxodo

En gira por la colonia Los Sauces del
municipio de Centro, Ocaña Becerra
y Martínez Pérez caminaron por
diversas calles ofreciendo apoyo del
Congreso del Estado para trasladar
las pertenencias de quienes quisieran
ir a los albergues dispuestos para tal
efecto, a fin de salvaguardar su patrimonio
y el de sus familias.
Boletín 351 Congreso
del Estado 050910

A doña María Cruz Palomeque Landero, que habita en la cuartería de Los Sauces, junto a la carretera —bordo fallido—, en la margen izquierda del río Carrizal, frente a la zona de Ciudad Industrial y el reclusorio, no se le pudo convencer de que salga del lugar.
Tiene 25 años que vive ahí. Hace tres años, en la Gran Inundación de 2007, huyó con su familia a casa de su mamá, en la colonia Puerto Rico, en Cacao, Jalapa.
Como ella, miles de habitantes en los cauces de los ríos y en las zonas inundables cercanas, se rehúsan al éxodo hacia los albergues o los fraccionamientos en los que se les pretende reubicar, en aquellos casos que ya tienen documentos en las instituciones oficiales de viviendas.
Como en otros sitios de las riberas del Carrizal lo hacen gente del Gobierno, diputados de la LX Legislatura local, del Ayuntamiento de Centro, en este lugar el presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso de Tabasco, José Carlos Ocaña Becerra insiste cuando doña María Cruz, desde su lavadero, dice que no va a salir. “Piénselo, por los niños. No sabemos cuánto va durar este mal tiempo”, le aconseja.
Como esta mujer y sus cinco hijos, que estudian y trabajan, hay muchos que no quieren saber de las inundaciones, de las grandes avenidas originadas en las cuencas del río Grijalva en Chiapas y del sistema hidrológico que envía agua desde la presa Peñitas.
Como ella, y muchos tabasqueños, hay quienes buscan culpables, no explicaciones sobre estos fenómenos meteorológicos que vienen desde antes que funcionaran las presas.
En anteriores entregas se han mencionado inundaciones como la de 1932. Pero históricamente Tabasco ha sufrido muchas, como las que se citan en el sitio cibernético http://sites.google.com/site/zonacriticacom/Home/hidrologia: “Las inundaciones más relevantes con estas características se sucedieron en los años 1918, 1927, 1932, 1944, 1952, 1955, 1959. La ocurrida en 1963 dió lugar a la mayor avenida registrada en el Grijalva, posteriormente, 1969, 1973 y 1980”.
Ninguna ha sido igual a la anterior. La de este año puede ser mayor que la del 2007. Por eso las autoridades mantienen permanente alerta. Por eso hoy, martes 7, el gobernador Andrés Granier aprovechará plantear la situación real que se vive en esta entidad del sureste mexicano, en la visita anunciada del presidente Felipe Calderón Hinojosa, que le ha fallado en parte a los tabasqueños al no construirse las obras que ofreció hace tres años, con el agua a la rodilla.
Este 2010 se hacen esfuerzos para librar a Villahermosa donde, en 1985, según el sitio de internet visitado, la inundación causo estragos “en particular en colonia Casablanca, Bastar Zozaya, Lino Merino, y Mina en la zona de Ruiz Cortinez, resultando seriamente afectados centros comerciales que recién habían abierto sus puertas al comercio, así como la central de autobuses de primera”.
La inundación de 1999, afectó prácticamente 60 por ciento de la capital del estado y ocasionó graves daños en 16 de los 17 municipios, resultando cerca de 312 mil personas afectadas en su patrimonio; el daño económico calculado fue superior a 2.5 mil millones de pesos.
Una de las causas de inundación de la ciudad de Villahermosa y gran parte del municipio, ocurrida en 1999, se debió a la confinación de las aguas del río Carrizal, a través del canal construido por los bordos de ambas márgenes del río, hasta desfogar en las zonas bajas de la ciudad, que se habían convertido en una llanura de inundación.
Como en esta columna se ha documentado “no se previó que con la construcción de estos bordos artificiales, se restringieron en diversos casos la llanura de inundación, que había sido la olla de la Chontalpa, la cual funcionaba como llanura de inundación al recibir las aguas excedentes”.
Estos datos sirven para quienes buscan atenuar los daños. No les interesa al grueso de la población que siente las aguas llegar, que les teme, que las sufre.
La visita presidencial permitirá, in situ, dentro del agua, como en 2007, tal vez nuevas promesas. Debe analizarse a fondo la infraestructura de control de las aguas, el uso de las presas más como generadoras de electricidad que como protección a la planicie tabasqueña, los asentamientos irregulares, la reforestación urgente…
Y lo que contenga la propuesta Granier este 2010.

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