lunes, 13 de septiembre de 2010

SALVADOS POR LOS CÁRCAMOS


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TRANSPARENCIA
POLÍTICA
Por Erwin Macario* erwinmacario@hotmail.com

Funcionó el drenaje

Yo te ayudaré en todo lo que pueda, en la medida de mis posibilidades para que Villahermosa, tenga seguridad en la próxima temporada de lluvias. Andrés Granier 230410
Amurallada, con bardas y bordos, Villahermosa no deja entrar el agua de los ríos Grijalva y Carrizal, que la abrazan y hacen una isla.

Esas protecciones —a prueba todo los años— ya hubieran llevado a pique a la ciudad si no estuviera trabajando el sistema de drenaje.
Si la Gran Inundación de 2007 agarró de sorpresa a los habitantes de la capital tabasqueña y a las autoridades municipales, que nunca se imaginaron hasta que altura iban invadir las aguas, e hizo que algunas instalaciones fallaran en el desalojo de las aguas pluviales y las de uso doméstico, agravando el problema, ahora parece que no sucederá lo mismo.
El viernes 3 de este mes patrio, fue la gran prueba. Se calcula que sobre Villahermosa cayeron, en dos horas, unos 7 millones de litros. Los cárcamos funcionaron, aunque algunos no tuvieron la capacidad para sacar tanta agua de inmediato y hubo calles que se inundaron. Entre estas las que en otras ocasiones han sido lagunas por varias horas. Esta vez en menos de media hora las calles volvieron a quedar secas.
Un ejemplo, el más cercano a este columnista, la calle Arista, en el centro de la ciudad, a unas cuadras de Palacio de Gobierno.
Fue una tromba la que azotó Villahermosa, alrededor de las 7 de la noche, ese día 3, ocasionando embotellamientos, apagones y anegaciones en algunas colonias y un hundimiento en la Calle Uno, esquina con Mina, en la colonia Reforma, sitio en que había reblandecimiento por la ruptura de un desagüe de aguas negras.
Precipitaciones menores a esas provocaron, en 1980. la inundación de gran parte del centro de la ciudad: porque falló el cárcamo que existe detrás del hotel maya.
Ahora los cárcamos han funcionado. Y funcionarán.
Efraín García Mora, coordinador del Sistema de Agua y Saneamiento del municipio de Centro, está seguro de ello.
Ojalá así sea porque dotar a Villahermosa de un eficiente sistema de drenaje fue una de las principales ofertas de campaña del actual presidente municipal, Jesús Alí de la Torre.
Desde principio de año, el Ayuntamiento procedió a la limpieza de los ductos, primero de todo el centro de la ciudad, el más afectado en anteriores contingencias. En unos 140 kilómetros de drenaje, pasos de tormenta, pozos de visita y alcantarillas del centro y las colonias con más problemas fueron atendidos al comienzo. A la fecha los más de 560 kilómetros del sistema de drenaje urbano han sido “corridos” con el vactor.
Un dato debe hacernos reflexionar: se sacaron de los canales que desaguan Villahermosa ¡dos mil toneladas de basura!
Si los drenajes hubieran mantenido esos tapones que la gente sin conciencia arroja diariamente a las calles, la historia hubiera sido otra. Villahermosa se hubiera inundado desde hace diez días, como cuando las aguas inundaron lo que era el vaso de la laguna del Negro, de la avenida Ruiz Cortines hasta la calle Zaragoza, y las otras partes bajas.
También, estaríamos en el agua, si los cárcamos no estuvieran funcionando como ahora, preparados para sacar las aguas “”servidas”, las aguas sanitarias, y las de la lluvia que como el vienes 3 cayeron intensamente sobre la ciudad.
En la capital de Tabasco hay 57 cárcamos en la zona urbana y 18 en la zona rural.
Sobre cinco de estos recae la eficiencia en el manejo de las aguas del centro de Villahermosa, desalojando la cuenca de Arboleda y la depresión natural de esa zona hacia el Grijalva, de 7 a 8 mil litros por segundo: el de Méndez, La Pólvora, El Negro, el de Bastar Zozaya y el Noreste, ubicado por el tianguis Pino Suárez.
El sistema de drenaje, sus cárcamos, tienen capacidad eficiente para desalojar todas las aguas servidas, las de uso cotidiano en la ciudad. Los problemas se presentarían con las intensas lluvias, pues Villahermosa ha quedado encerrada y algunas las salidas naturales de las aguas pluviales han sido tapadas con la barda construída en el malecón Carlos A. Madrazo, como puede verse en la zona cultural CICOM donde se ha tenido que usar bombas de achioque para evitar inundaciones, principalmente en el teatro Esperanza Iris. Esto se hubiera evitado si los contratistas hubieran construido un canal interno que recogiera esas aguas y las llevara hacia el cárcamo localizado entre la biblioteca Pino Suárez y el propio teatro. Volveremos
LADO CLARO
Los periodistas siempre hemos puesto el dedo en la llaga de las inundaciones. El 3 de octubre de 1957, 50 años antes de la Gran Inundación, la revista Siempre!, del paisano José Pagés Llergo, publicó que don Trino Malpica expuso al presidente Ruiz Cortines, entre otras soluciones, el dragado de Frontera.

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